O.S. 3 - Álex y los sabores de color

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Holis, este no ha tardado nada. 
Es algo tierno o por lo menos a mí me pareció. 

Que pasa con este pequeño rubito... 

X

En el 27 de febrero Álex cumplió 6 meses de vida y amaneció con el segundo diente en la parte baja de su boca. La primera cosa que hizo cuando abrió los ojos fue notar el frío de la cuna, luego giró su cuerpecito regordete de un lado a otro buscando a sus dos adultas favoritas. Nada. Algo había que hacer para cambiar la situación. El puchero poco duro y un llanto fue escuchado a través de las paredes hasta una habitación cerrada, donde Amelia seguía tumbada admirando el culo de su esposa mientras salía de habitación completamente desnuda para rescatar su bebé de lo por el llanto, parecía ser un monstruo.

Pero no, cuando adentro la habitación de Álex lo encuentro girado a la puerta, al verla sonrió enseñando a su madre su nueva evolución.

-Hola amor... - Luisita lo alzó y olisqueo su cuello un poco sudado por la agitada noche de sueño. – Como pasaste la noche hum? ¿Has tenido sueños bonitos? – El bebé la miraba sin entender de lo que hablaba, pero su voz le hacía sonreír. - Vamos cambiarte y desayunar.

Alex no le gustaba mucho estar tumbado, pero Luisita siempre hacia el truco con hablarle. Hablaba de todo como si estuviera entiendo lo que decía. El paso a paso del cambio de pañal, después de poner una ropita calentita y con refuerzo en las rodillas, porque el pequeño ahora se restregaba por el suelo buscando moverse solo.

-Listo. - Dijo por último y el bebé le sonrió otra vez cuando le apretó la panza. Sólo entonces vio con claridad que ahora ya había dos pequeños dientes en su boca. - Aaay otro mi amor. Mi hombrecito tiene dos dientecitos. Dos. - Alzó otra vez el bebé y lo lanzó un poco más alto, causándole una carcajada que Amelia encantada escuchaba desde su habitación.

Cuando Luisita regresó la morena ya estaba con las gafas puestas revisando su móvil. Luisita puso el bebé sobre la cama entre las dos y se tumbó otra vez en su almohada.

-Tiene otro diente.

-En serio??? A ver... - Amelia dejo el móvil y las gafas sobre la mesita al tipo que Álex iba por ellas. - buenos días sorpresita. -Sorpresita era el nuevo apodo de Amelia, desde su corta estadía en el hospital cuando una enfermera le dijo se lo había planeado o si el pequeño era una sorpresa y lo empezó a llamar así. Le hizo un par de cosquillas que le abrieron la sonrisa.

-Aaay pero que bonito mi bebé. ¿Tienes hambre? -La palabra mágica estaba cerca, Álex lo podía sentir. -Quieres teta no?

su gran momento había llegado, Álex abrió su mejor sonrisa, con grititos incluidos. las dos madres rieron de la reacción.

-Eres un glotón, cambia lo que sea por esto. -Hablaba Amelia besuqueando los mofletes de Álex. Luego bajo la copa del sostén y le dio la teta. Por algunos minutos el bebé mamaba tranquilo, pero luego empezó con la suyas de intentar ponerse en pie con la boca en el pecho. Forzando las piernas y riéndose de las cosquillas que le hacía Luisita.

Pasaron juntos en la cama otra hora más hasta que el hambre se hizo presente en las madres.

En el suelo del salón había una alfombra con dibujos de ciudad, donde Álex giraba de un lado a otro jugando con un mono hecho a mano por Madalena. Al fondo una canción sonaba y Luisita y Amelia se sentaron a desayunar en la mesa sin perder de vista el pequeño.

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Luisita puso manos a la obra en la hora de la comida, una olla que cocinaba verduras al vapor y una variedad de colores habitaban la encimera. El móvil en una mano y la otra un bolígrafo.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora