Tu y Yo y todo lo que vino después...

O.S. 5 - Falta de Colaboración (Pt. 2)

Nueva entrega, espero que os guste. 

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Aquel lunes mientras un nuevo guion posaba en su escritorio aguardando su lectura, Luisita buscaba en el ordenador un buen médico que atenderla. Supo que el ideal era que fuera a un urólogo y lo estaba buscando. Cuando por fin lo encontró llamo y fue atendida por una chica planeando una cita para el miércoles por la tarde.

Decidió no decir a Amelia por ahora y fue en la cita sola después del trabajo y mientras en la espera no paraba de mover la pierna y morder la uña del pulgar.

El médico le hizo un montón de preguntas y ella le dio el informe de su médica anterior que la había tratado desde la adolescencia, lo cual el hombre leyó atentamente e hizo apuntes en el prontuario de la clínica.

-Luisa voy a pedir la presencia de una enfermera y empezamos el examen físico todo bien?

Luisita asintió avergonzada y él le sonrió.

Cuando la enfermera ya estaba en la oficina, Luisita fue hasta el baño y se despojó de la ropa, notándose muy roja en el espejo. Salió del cubículo apretando la bata alrededor de su cuerpo y se sentó en la camilla. El médico, Jorge, le pidió que levantase la bata y le hizo un examen que le duró eternamente y también la pidió que se recordara de algo excitante, lo que no le hizo muy fácil, no porque no los tuviera sino porque se sentía muy rara con la mirada del doctor en su pene tan de cerca.

-Bueno, - Empezó Jorge cuando Luisita volvió a sentarse delante de él. - Físicamente veo que no hay problemas, pero no se pone rígido porque no se está pasando la sangre correctamente. Vamos hacerte un chequeo de tu sistema vascular y también de las hormonas que estás ahora. Como en tu caso hay dos tipos de hormonas es normal que después de tanto tiempo la formulación ya no sea suficiente. ¿Me dijiste que tienes un hijo biológico no?

Luisita asintió. - Si va a hacer un año en dos meses. - Sonrió

-Que bien. Es muy raro en tus casos. En todos casos te voy a pedir un espermograma a ver cómo está la producción y todo eso. También unos análisis de sangre y un ultrasonido.

-Madre mía.

- ¿Eres casada, entiendo que esté pasando por un momento complicado no?

-Pues. - Luisita hizo una mueca, avergonzada.

-Tranquila Luisa. Veo casos mucho más complicados que el tuyo todos los días. El sexo el natural y también necesario. Te voy a recetar un estimulante natural. El funciona de manera puntual y no es del tipo adictivo.

-Y él me va hacer??? -apuntó a la entrepierna.

El médico río un poco. - Si. Te va ayudar a tener la erección completa. Y no es como los otros que llega a ser algo dolido y artificial. Él te ayuda a mantener y puede ser utilizado en conjunto. - le guiño. - Pero habla con tu mujer, no le dejes al margen de todo eso.

-Vale.

Luisita salió de la consulta y se pasó por una farmacia a comprar lo que el médico le había dicho. En el Uber hasta a casa llamo a clínicas para apuntar los días de sus pruebas. Recibió una foto de Marina, la panza estaba mucho más grande y le quedaban 3 semanas para salir de cuentas. Sobrepeso mucho la idea de contar a Amelia sobre la cita con el doctor y decidió que aún no quería preocuparla con médicos porque ya estaba muy agobiada con el final de la obra en las siguientes semanas, más la nueva producción y frustrada sexualmente.

Con el último pensamiento, Luisita tomó cinco gotitas de su medicación antes del coche aparcar delante de su edificio.

En el apartamento 43 reinaba el caos completo. Álex lloraba a pleno pulmón y Amelia luchaba contra el dolor de cabeza.