38 - 16 semanas

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A ver, en ese capitulo hago una apuesta, planto una semilla, algo así. 

A ver que os parece. 

X

Luisita salió de la grabación nocturna a las 6 de la mañana, fue en modo zombi hasta el dormitorio de Amelia y tocó con sus nudillos la puerta. Natalia le abrió y al mismo tiempo también salió hasta su proprio rodaje. La rubia quitó los zapatos y los pantalones jeans, tomó el último sorbo de su botella de agua y se metió bajo las cobijas de la cama de Amelia, que dormía de cara a la pared. La alarma sonaría en tres horas, para la cita con el Dr. Y Luisita se pegó lo máximo que pudo en el cuerpo caliente de la morena, para conciliar el sueño.

-Hola – Susurro Amelia con la voz ronca, al sentir la mano casi fría le acariciar la barriga.

-Hola preciosa. – Le dio un beso en el hombro. - Duerme.

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Con las 16 semanas y media que llevaba Amelia ya tenía una barriguita redonda que evidenciaba su estado, su pelo había perdido un poco los rizos y ahora llevaba ondas más suaves que ella trataba de secar mientras aguardaba a Luisita salir del baño de su habitación, para ir juntas a la cita de las 16 semanas, donde por fin podrían confirmar el teste de sexo fetal que habían hecho.

La rubia salió del baño ya con los boxers puestos y la cara de sueño que no le abandonaba. A Amelia le estrujaba el corazón verla así, porque sabía que había aceptado ser asistente de producción de otra película porque pagaban como un sueldo extra, que le caería muy bien en la cuenta para la llegada del bebé.

-Amor, te lo dije, puedes quedarte. – Amelia ponía sus botas, sentada en la cama de Natalia y Luisita maquillaba un poco las ojeras. – Que de cualquier manera es más de lo mismo.

-Que no Amelia. Te lo dije. – Acabó su tarea y puso su bandolera aguardando Amelia en la puerta. – No me importa que hable mil veces lo mismo. Iré contigo a todas las citas. Quiero hacerlo. – Le apretó la mano con una sonrisa en los labios. – Y además... que hoy veremos si estaba cierto todo eso de que sea un niño.

Amelia se mordió el labio con una sonrisa mientras entraban en el coche. – Ay... la verdad es que estoy muy ansiosa también.

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Otra vez más toda la rutina, pesarse, medir la panza, nuevos síntomas, la libreta se iba llenando de informaciones a cada cita con el Dr. Gabriel. Amelia había ganado más dos kilos, su barriga estaba con un diámetro un poco arriba de la curva esperada para esta etapa, pero nada de malo. El doctor le recepto un aceite corporal para evitar las estrías, le agendó nuevos análisis de sangre.

-Bueno, vamos a ver que encontramos por aquí. – El Dr. Encendió la pantalla, puso el gel en la panza desnuda de Amelia y empezó sus mediciones en silencio por un rato. – Mira. – Las dos no despegaban el ojo de la pantalla, con las manos entrelazadas y una caricia de Luisita en el pelo de Amelia. – Aquí tiene el hueso de la pierna, el fémur, la espina dorsal, todo dentro de la normalidad. Mira, se mueve la mano, aquí. – Señalo en la pantalla, la manita se movía lento en medio tanta agua.

-Mira amor, que mono él... – Dijo Amelia sonriendo como una tonta. Luisita asintió sin ni siquiera pestañear y perder algo en la pequeña pantalla negro y gris.

-Vamos a ver que hay entre las piernitas, Amelia, tose para mí. – La morena obedeció y tosió una vez. – Otra más. – El bebe se removió dentro de ella, y ella lo sintió. Rio. – Ahí, lo tenemos. - Un print de la tela, imagen congelada. – Pene. Es un niño.

Luisita besó Amelia despacio, limpiándose las lágrimas a ambas. -Y los órganos internos? – Quiso saber del doctor, Amelia le apretó la mano.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora