4 - Algo raro

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Aquí otra vez. 
Sé que la historia va pasando rapido pero otra vez les digo que el obejtivo principal es la segunda parte.
La paciencia es una virtud.

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[CUMPLE CARLOS 2019]
NATALIA:
Chiqueeeees
La casa de la tía de Miguel estará vacía en el sábado.

MARINA:
Daaale.
Grande Marta la tía rica de Miguel.

MIGUEL:
Algo hay que sacar de bueno de los corruptos de este país amigas.

FEDE:
Y que hay que llevar a la "pool party" de Carlos.
Que ya estamos en el jueves.

NATALIA:
Ay sí.
La comida la pongo yo.
Pero la bebida cada lleva algo ¿no?

LUISITA:
Fetén Nat, cuenta conmigo.

-Oye Luisita, ¿y tú chica?

Luisita puso los ojos en blanco. – Ay Marina, que pesada hija, no es mi chica.

-Como que no Luisita. Os vi comiéndose la boca ayer en el portal, que te digo yo, me ha puesto cachonda y todo.

Luisita rio y sintió las mejillas calentaren. – Ay Marina.

El sábado llego con una rapidez de tortuga, pero ya estaba, los últimos a llegar fueron Marina, Luisita y Fede, que habían pasado por el super para comprar más bebidas y un balón de vóley que Marina decía ser imprescindible para una fiesta en la piscina.

Amelia estaba en su bikini amarillo con bragas negras y un vestido de rejilla blanco arreglando en portátil a los altavoces que Miguel había trajo, Luisita adentro el jardín entre risas con Natalia y Carlos, pero cuando sus ojos se encontraron se quedó muda.

La rubia usaba un bañador azul dejando toda la espalda desnuda pero aún tenía los shorts puestos, gafas de sol redondas con colgante dorado y su labial rosa brillaba bajo el sol.

Después de dejar las bebidas en la nevera la rubia se acercó a Amelia que seguía delante del ordenador arreglando la playlist que ya sonaba animando el ambiente con un single de Lady Gaga.

-Hola morena. – Luisita hablo muy cerca, pasando la mano por la cintura y le aparto el pelo del cuello para dejar un beso sobre su piel.

-Hola guapa. – Amelia estremeció y se giró a besarla en los labios. No había punto en esconder sus besos, porque ya que habían sido pilladas por Marina una noche en el portal de la rubia y por Natalia una tarde en el laboratorio de tecnología.

-Tortolitas a la piscina anda. – Marina llegó hasta ellas con dos cervezas en la mano y las tres fueron se juntar a los demás en la piscina.

Cuando Luisita bajo los shorts Amelia le miro de arriba abajo tragando en seco con las vistas del culo redondo de Luisita, el tatuaje de un león en su cadera y las demás en su espalda, eran un complemento a la piel delicada y blanca de la rubia.

Durante todo el día Luisita intentó mantener las distancias con Amelia, los besos disminuyeron a casi cero, estaba pendiente de ella, le buscaba cervezas y le sonreía, pero siempre que Amelia intentaba un acercamiento más íntimo la rubia huía de ella.

La morena en su traje de baño minúsculo, jugo todas las cartas que tenía. Se tumbó boca abajo al lado de Luisita, le pidió que le echase crema en la espalda, le guiñaba, sonreía coqueta, pero nada hacía Luisita caer en la tentación.

Con la noche ya cerca y el alcohol muy presente en sus sistemas empezaron un juego de yo nunca, sugerido por Miguel.

-Yo nunca, he hecho sexo en un lugar público. – Empezó Mateo.

Marina bebió un chupito, Amelia, Natalia y Carlos también.

-Yo nunca... He hecho una foto desnuda. – Dijo Amelia.

Bebieron, Mateo, Miguel y Carlos.

-Yo nunca... He hecho con más de una persona a la vez. – Dijo Carlos.

Amelia y Fede bebieron un chupito cada, entre las risas y miradas atónitas de los demás. Luisita muy atenta a las respuestas de la morena, se sentía un poco mareada por el alcohol y cada segundo que pasaba Amelia le parecía más guapa, más le parecía mirar de manera pícara. Más le incitaba, más le daba ganas de comérsela a besos.

-Yo nunca, he hecho con alguien del mismo sexo. – Dijo marina.

Bebieron Luisita, Amelia, Miguel, Mateo y Fede.

- ¿Cómo? – Carlos miraba desencajado a Fede.

-Soy bisexual Carlito. – El moreno le guiño un ojo y Marina reía hasta caer algunas lágrimas.

Antes de volvieren al campus se turnaron para ducharse y cuando Amelia salió del baño antes de adentrar la habitación vio a Luisita en el pasillo con el móvil, no se resistió y le agarró del brazo arrastrándola para dentro de la habitación.

-Amelia. Que susto.

-Estás muy guapa con ese vestido rojo Luisi. – La morena le acariciaba el cuello con su nariz, oliendo la crema de jazmín y champú frutal. -Hum que bien hueles cariño.

Luisita mantenía las manos en la cintura de Amelia, inconsciente apretándola más en su cuerpo, no sabía decir si le erizaba la piel con el aliento le golpeando su piel o el apelativo que la morena utilizaba. – Amelia... - Gimió bajito antes de juntar sus bocas en un beso necesitado.

Amelia usaba un vestido negro hasta medio muslo y el pelo suelto salpicaba gotas de agua en sus hombros y su cuello. Luisita hundía las manos en su pelo y su cuello, le besaba con las ganas de pasar todo el día reprimiéndose de acercarse de la morena. Bajó una mano y la metió bajo del vestido de Amelia, le apretando el muslo. Amelia levantó la pierna anclando en la cadera de Luisita.

-Huum – Gimió la morena presionando su cadera en Luisita que ya tenía la mano en su culo, dejando las hoyuelas de sus dedos. Luisita se perdía en las sensaciones, se permitía vivir aquellos momentos, la morena le nublando los sentidos. Hasta que una punzada en su vientre le despertó, automáticamente se presionó más a Amelia.

Las dos pararon al instante. Se miraron a los ojos y la morena sonrió. -Mejor irnos Amelia.

-Sí. Concordó.

En el camino las parejas iban cada una en su mundo, Carlos y Natalia a frente, seguidos por Marina y Fede y estos por Luisita y Amelia. Cuando llegaron al portal de Marina y Luisita, Fede besó su chica y se subió en la moto que había dejado aparcada. Natalia y Carlos esperaban Amelia un poco más adelante, dando a las chicas un poco más de privacidad.

- ¿Nos vemos? – preguntó Luisita, antes que pudiera parar las palabras. Quería poner distancia entre ellas y le preguntaba si se verían otra vez.

-Claro. Hasta luego Luisita. – Amelia le dio un beso cariñoso en los labios y se fue con sus amigos.

Llegando a su dormitorio Amelia se sentó en su cama con la mirada en un punto fijo y el ceño fruncido.

- ¿Amelia? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? – Natalia sentó a su lado.

-Natalia hoy ha pasado algo raro. Bueno, ya había pasado el otro día. Pero hoy otra vez...

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Qué pasa con ellas? Teorias? Ideas? Dudas? Lamentaciones?

Nos lemos luego 

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora