O.S. 9 - Super luna

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A cada regla que le bajaba a Amelia una frustración más se acumulaba dentro de ellas, Luisita desahogó con María y Amelia con Agustina. Lloraron juntas varias veces porque, de la parte de Luisita se sentía inútil, el machismo dentro suyo le cobraba mucho y le hacía sentir inferior, incapaz. Hasta le causando graves crisis de disfunción.

De la parte de Amelia se sentía una mala broma de la vida, porque cuando siquiera pensaba en querer a un hijo, Álex apareció de sorpresa, llenando su vida y sus días, ahora que se moría de ganas de cargar a otro el universo le decía "pues te jodes".

-Eso es tan injusto. - Tiró otro palillo negativo en la basura mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

En los últimos dos intentos de prueba, no le habló a Luisita que las había comprado, y las hacía en la compañía con Agustina a su lado.

-Ame, no tienes que culparte de esta manera. - La mujer le acarició la espalda. - Estas cosas son así, recuerdas a Estela? - La chica, co-protagonista de la primera obra de la compañía había pasado 7 años intentando quedarse embarazada de su ex marido. Y cuando por fin lo hizo, su matrimonio se había roto hasta un punto donde no había nada que salvar. - No quiero que a ustedes les pase lo mismo. Aunque me encantaría ser tu rebote. - Miró a lo morena por el espejo y la vio sonrojarse y sonreír. - Me gusta mucho la rubia, y la perfecta familia que son.

-Ay Gus... - Amelia se aferró a su cuello, agradecida pro las palabras.

Luisita miró la hora en su móvil y puntual como las misas de domingo Amelia abrió la puerta.

-Hola amor.

La rubia sonrió y dejó Álex en el suelo para que caminase hasta su madre rascando los ojitos. - Uy, ya estas listo para dormir. - A Amelia le causaba mucha ternura ver a su hijo con aquel pijamita de osito que le había regalado Natalia. - Hola cariño. - Amelia dio un beso casto a su mujer y se sentó a su lado para que Álex pudiera dormir tranquilo.

No tardaron mucho en la tarea, Luisita le acariciando el pelo, Amelia cantándole y su mejor amigo, la teta. - Voy acostarlo.

Luisita se levantó y puso en practica su plan. Una tabla con quesos y un buen vino, una manta larga y una canción de fondo. Se soltó el pelo y puso su camisa blanca. Para cuando Amelia volvió a la cocina después de una ducha estaba todo listo y la puerta del balcón abierta. Con una sonrisa en la cara la morena camino siguiendo el sonido de aquellas canciones, para encontrarse con Luisita recostada en el balcón con una copa en la mano y la mirada en el cielo.

-Guau. - Susurró la morena haciéndola girarse.

-Hola. - Luisita respondió sin subir el tono de voz. - Vino?

Amelia asintió mordiéndose el labio. - A que se debe todo eso? - Chocaron sus copas antes de beber.

-No puedo simplemente tener una velada romántica con mi mujer o que? - La sonrisa adornaba su cara porque se daba cuenta, a cada segundo que pasaba mirando al rostro de Amelia que nunca en la vida, podría querer más a alguien de lo que la quería a ella. - Estás muy guapa.

Amelia se enrojeció. - Luisita llevo una bata. - Se miró. - Es que en sabía nada de eso. Deje que me cambie. - Luisita negó tomando su mano para atraerla a su cuerpo.

-Estás guapísima Amelia. - Le dio un beso casto pero profundo y la puso delante suyo, pegándose a su espalda. - Hoy, tenemos super luna. - Apuntó al cielo. - Es un evento cosmico, y esta vez será muy cerca de nuestro hemisferio, o sea, mucho más grande que las otras. - Amelia rio. - Por eso tanta gente en sus balcones, me han robao la idea. - Amelia rio más fuerte. - Pero para nosotras, creo que es un respiro. - Amelia sintió que quería hablar y tomó un respiro antes de girarse en sus brazos, apoyando la espalda en el metal del balcón. - Amelia, sé que han sido meses complicados, que nos hemos reprochado internamente y que sufres por ello, porque sé que no quieres reprocharme.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora