Tu y Yo y todo lo que vino después...

47 - 37 semanas

Cambios nada buenos a nuestra Ameli...

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-Interrumpo? – Amelia escuchaba su voz y no se reconocía porque no se creía allí, parada, haciendo una escenita.

-Amelia! – Luisita abrió los ojos como platos, no que estuviera de fato haciendo algo por las espaldas de Amelia, pero tampoco le había dicho que iba a encontrar su ex para hablar. No sabía porque no le había mandado un mensaje diciéndole, pero ahora, no sabía también cómo, ahí estaba su chica. En un vestido amarillo que iba hasta medio muslo, su panza de 37 semanas más redonda que nunca y la expresión más enfadada que Luisita había visto en su vida.

-Hola Amelia. – Carmen fue la que habló primero. Carraspeó. – He invitado a Luisi a un café para...

-Luisi? – Levantó una ceja y miró de a cara desencajada de su chica a la morena habladora en la otra silla.

-Ahn... - Carmen abrió y cerró la boca unas tres veces. – Yo...

-Amelia. – Luisita salió de su shock inicial y buscó la mano de su chica, que rechazo el contacto al instante. – Amor, Carmen me ha llamado, vio mi número por el grupo y ha querido hablar conmigo.

-Quería pedirle perdón. – Aportó Carmen.

-Perdón? – Miro otra vez a su chica.

-Sí. – Luisita interrumpió el dialogo, y se dirigió a Carmen. – Puede dejarnos a solas por favor?

-Claro. – Carmen se fue al baño y Luisita seguía mirando los ojos oscuros de rabia de Amelia.

-Amor, siéntate. – Tiro la cadera a su lado para ella. Amelia sentíase mareada, nunca en su vida había tenido tanta rabia, tantos celos. Aceptó la silla. - Toma. – Un vaso de agua surgió delante suyo.

-¿Luisa, que cojones está pasando?

-Solo estábamos hablando Amelia.

-Hablando? ¿Qué tiene ella para hablar contigo? – La rabia que sentía cambiaba hasta la entonación de su voz. – Luisita que voy a explotar.

-Por favor amor cálmate.

-Como me voy a calmar? Ahn? ¿Dime? Que estabas aquí de toqueteo y de risitas a tu ex Luisita. Mientras yo, sigo... - Apunto a su cuerpo.

-Amelia, por favor créetelo. Solo estábamos hablando. Se puso cariñosa porque la perdone o yo qué sé, porque estábamos hablando de otros tiempos. Pero nunca, me oyes, nunca haría algo así contigo. Ni con nadie.

Amelia la creía, de verdad que la creía, pero no podía evitar el sentimiento que se había instalado en su pecho.

Carmen volvió del baño y recolocó el bolso en el hombro. -Ya está pagada la cuenta Luisa. Muchas gracias de verdad y perdón si... bueno, perdón. – Miró a Amelia. – De verdad que... no quiero que pienses algo que no fue.

-Y que sabes tú de lo que pienso? – No podía evitarlo, su tono cambiaba para hablar con Carmen, se ponía en la defensiva.

-Claro que no sé. – La chica miraba a Luisita que trababa una batalla interna para decidir qué hacer, si defender a Carmen de la actitud celosa de Amelia o dejar que Amelia echara sobre ella su ira.

-Amelia... - Habló con cuidado.

-Ya. ¿No te ibas? – Amelia se dirigió a Carmen.

-Claro. eeeee, muchas gracias Luisita por dejarme que me disculpara por lo que te he hecho y... bueno, que tengas una buena semana y... - Miro a Amelia. Decidió no hablar nada más. – Adiós.