Tu y Yo y todo lo que vino después...

17 - Amelia, la actriz

Hola. 
Primero de todo: muchas gracias a vosotres ahí del otro lado, por vuestras estrellitas, comentarios. 
Segundo: vamos de estreno de nuestra actriz favorita.

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En la mañana del primer día de clase, Amelia amaneció entre las sabanas de Luisita, desnuda y pegada a la espalda de su chica. El día anterior habían pasado todo en esa habitación, entre besos, caricias, siestas y mucho sexo. Todos los fines de semanas eran iguales, salían con sus amigos, hacían cosas por separado, pero siempre acababan allí.

En la mesita de noche ahora posaba una caja abierta de condones de los ultrasensibles, que suponían un mejor contacto de piel. Eran los que más estaban en su gusto. A Amelia el látex hacía Luisita deslizar dentro suyo con mucha más facilidad, pero también se perdía la sensación del contacto de la piel caliente de Luisita con lo mojado que siempre estaba su sexo. Pero era eso o arriesgarse a un embarazo que no era para nada deseado.

El móvil de Luisita avisó que ya era hora de despertarse y la rubia lo apagó antes de girarse a la morena. – Buenos días mi amor. – Susurro escondiéndose en su cuello.

-Buenos días Luisi.

Se abrazaron sus cuerpos desnudos. – Empieza el último año señora grande actriz.

Amelia le sonrió antes de responder. – Pues sí señora directora.

Se besaron, ilusionadas con lo que el futuro les reservaba. -Anda, tira. – Amelia se destapo para levantarse, pero Luisita la tiro otra vez, dejando su cuerpo sobre lo de la morena.

-Amelia, que es el primer día. Tenemos que empezar con el pie derecho.

Froto la erección mañanera en el monte de venus de la morena. Y así perdieron la primera clase del último año.

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La obra de Amelia estrenaría en la segunda semana después de empezado el año de estudios y todos del grupo estaban muy felices por la morena haber logrado un papel tan importante. En los días que antecedieron el estreno Amelia paso todas sus horas libres estudiando los guiones o metida en el teatro ensayando. Luisita recibió una llamada de la productora en que había estado haciendo los trabajos durante las vacaciones, llamándola para ocupar un puesto de asistente. La paga era una cantía razonable y la rubia aceptó sin pensarlo.

Luisita estaba saliendo de su clase de estructuras de personajes cuando su celular empezó a sonar. – Hola Mery.

-Hola rubita. ¿Qué tal?

-Bien, ahora tengo un intervalo voy comer algo que me muero de hambre.

-Luisi, tengo algunos días de vacaciones que tirar. Que te parece se me voy a Barcelona unos días y así me presenta la novia esa que tienes ahora.

Luisita sonrió, la mención de Amelia le hacía eso todas las veces. -Me parece muy bueno. Este fin de semana estrena su obra de teatro. ¿Qué día vienes?

-El domingo.

-Pues muy bien. Veo si compro entradas para el domingo y después de la obra salimos a cenar ¿te parece?

-Estupendo. Ay que emoción. Voy a conocer mi cuñada.

-Ya. A ella también le hará ilusión conocerte.

-Luisi tengo que volver al plató. Hasta domingo.

-Hasta domingo Mery.

-Te quiero.

-Yo también.

Cuando llego a la cafetería encontró Amelia sentada en una mesa externa, con sus guiones y un smothie medio derretido. – Hola preciosa. – Dijo la rubia abrazándola por detrás.