60 - El inicio...

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Uff, no creo que fue capaz de sacar esta historia adelante y darle vida por 60 capítulos. 
Quiero decir las infinitas gracias a mi querida editora, mi Beta, @manuspanic sin ti y tu infinita paciencia nada de eso sería realidad.

Muchas gracias a vosotros ahí del otro lado, por seguirme desde el principio, por alentarme a continuar, por recibir tan bién a mis chicas y por quererlas tan bien. 

Vamos a eso? 

60/60

X

Amelia aparcó el coche en la entrada de la habitación. Estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo, miró a su mujer en el asiento del copiloto.

-Estoy nerviosa. – Dijo la morena. – Como si fuera nuestra primera vez.

-Yo también, y bueno, es una primera vez. Es la primera vez que te tengo como mi mujer. – Se inclinó para un beso.

La habitación era bonita pero no lujosa, contaba con una bañera hidro burbujeante y una ducha climatizada, una cama en el centro y un espejo detrás del cabecero. Las sabanas blancas y rosa de satín, una botella de champán y fresas descansaban en la mesita.

Luisita cerró la puerta y se pegó a la espalda de su mujer.

-Qué quieres hacer? – preguntó en voz baja, después besó el cuello y mordió el lóbulo.

-uuff son tantas posibilidades, ahora que no tenemos las prisas.

-Sí. – Luisita rio. Desde hace casi seis meses cuando hacían el amor era siempre de manera atropellada, rápida, efectiva, buscando el orgasmo una de la otra antes que su hijo se despertase. -Tenemos largas horas, para disfrutarnos. – Otros besos más en el cuello de Amelia, besos con la boca abierta, golpeando la piel con su aliento caliente.

-Nos damos un baño? Que nunca he estado en una de estas. – Señaló a la bañera.

-Claro.

Se desnudaron una a la otra con las manos trémulas, Amelia dio gracias a los cielos, por haber dado tanto el pecho a Álex, porque ahora no goteaban nada. Después de desnudas, se miraron a los ojos, sonrientes.

-Te quiero. – Dijo Luisita.

-Te quiero más. – Le respondió Amelia.

Sellaron las juras con un beso suave y lento, saboreando el nuevo titulo de esposas de manera pausada, sonriéndose en mitad de cada beso, invadiendo las bocas con las lengua húmedas y calientes, jadeando con el contacto de sus pieles.

-Ven. – Amelia tiró de su mano y entraron juntas en la bañera.

Olía a lavanda y algodón, de las sales que María había ordenado que pusieran. Y Amelia empezó primero a esparcir un gel con el mismo olor sobre la piel de Luisita, sus hombros, su cuello, sus pechos, la barriga, metió una mano entre sus piernas y desde el testículo apretujó con un poco de fuerza.

-Hmmm mala. – Susurro Luisita cuando ella se alejó.

La rubia buscó el gel y fue su turno de acariciar la piel morena de Amelia, sus pechos fartos, pero sin apretarlos, la barriga, la espalda y el culo. Adentró un dedo entre las nalgas de la morena al mismo tiempo que mordía su hombro con una risita contenida.

-A ver si nos da el tiempo a eso. – Dijo Amelia bajito.

Luisita giró Amelia otra vez de frente a ella, sentando a horcadas sobre sus piernas. Apretó sus cuerpos juntos para atacar su boca con fuerza. Amelia correspondió al beso de la misma manera, ondeó sus caderas hacía abajo, sintiendo la erección rozar su clítoris. Bajo un poco y la cabeza del pene penetró entre sus labios vaginales, pero luego levantó dejando a Luisita con un gemido frustrado en la garganta.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora