Tu y Yo y todo lo que vino después...

9 - Desire ladders pt. 1

La cosa empieza bien...

X

En el fin de semana Luisita y Marina fueron a la playa, un plan de amigas, ya que Fede también había ido a ver sus padres. Las conversaciones con Amelia seguían diariamente pero más reducidas ya que la morena estaba acompañando su madre en gestiones del hotel.

Amelia estaba en sus últimos días en Zaragoza, el hotel ya tenía un nuevo equipo de bar y el nuevo restaurante fue muy bien recibido por los huéspedes. Aprovechó para estar un día en el SPA del hotel, disfrutar de la bañera de hidromasaje y de la piscina.

[LUISITA]
Hola morena acabo de llegar a casa.
Disfrutando tu día de SPA?

[AMELIA]
Hola guapa, pues ahora mismo estoy en la habitación, voy cenar con unas amigas que llegaron hoy de viaje y mañana vuelvo a Barcelona.

[LUISITA]
Que guapa estas.
Me muero de ganas de verte y de besarte.

[AMELIA]
Te echo de menos Luisi...
Han llegado.
Hasta mañana.
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.
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Amelia llego a su dormitorio en el domingo y encontró con el culo de Carlos desnudo en la cama de Natalia, con la susodicha debajo de este.

-JODER NATALIA. – Dijo tapando los ojos y cerrando la puerta. Con la espalda apoyada en la madera escuchó la risa escandalosa de Natalia y Carlos maldiciendo el universo por la mala hora.

-Puedes entrar Amelia.

Otra vez la morena adentró la habitación, Natalia estaba buscando por el sujetador entre las sabanas y Carlos estaba sentado en una esquina del colchón, sin atreverse a mirarle la cara.

-No sabía que estaban aquí. Perdón.

-No pasa nada Amelia. Me he olvidado que estabas por llegar.

-Ya. – Amelia miro a Carlos que aún no se atrevía a levantar la cabeza. – Anda ya Carlos que es solo un culo, que ya he visto millones.

Carlos luego se fue y Amelia se quedó recolocando su ropa en el ropero. Quería ver a Luisita, pero sabía que ella estaba con su amiga este fin de semana y no quería ser pesada. Cuando Natalia volvió a la habitación llegó con las manos cargadas con bolsas de papel y una botella de refresco.

-Hambre? -Movió las cejas de arriba abajo con una sonrisa.

-Si. - Sonrió Amelia de vuelta.

Sentaron una delante de la otra en su mesa de estudios, dispusieran la comida en los platos que plástico que Natalia había traído y bebieron un vaso se refresco antes de empezar a comer.

Amelia contó a su amiga todo que había hecho en los días que había pasado en Zaragoza. Los problemas del hotel y como todo parecía estar resuelto ahora. Natalia le dijo sobre el trabajo que había conseguido en la cafetería del campus.