55 - Date prisa

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Ah la vida post hijos es un sin fin de prisa.

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Luisita estaba rodando hasta la noche aquella semana por eso cuando llego a casa pasada las 10 encontró Amelia en el suelo del salón meditando. La casa estaba silenciosa y el monitor de bebés estaba encendido en la tele.

-Hola. – Luisita bajo al nivel de Amelia para dejarle un beso detrás de la oreja. – Huumm que bien hueles.

-Hola. – La voz de la morena salió más baja de lo que pretendía.

-Y Álex? – Preguntó Luisita levantándose.

-Dormido hace 20 minutos.

-Crees que la medicación va a ayudar con los cólicos?

-Yo creo que sí. – Amelia seguía sentada en el suelo, pero estiró las piernas. – La pediatra me ha dicho que los ejercicios que hice con el van a ayudar que duerma mejor.

-Pero seguirá con las mamadas por la noche?

-Sí. Todo normal, en libre cuando quiera.

.

Luisita se dio una ducha y encontró Amelia en el sofá, con el monitor al lado y un episodio de Grey's Anatomy en la tele.

-Uff, estoy molida. – Se sentó a su lado y la atrajo a su pecho. – Humm que gustito.

Amelia quería evitarlo, pero no pudo dejar de bajar la vista a la entre pierna de la rubia, abrigada solo bajo unos boxers holgados de satín. Estaban a 2 meses con su hijo y ya le había bajado la primera regla post embarazo. Por ello estaba al pico hormonal, pero sus días llenos de cuidados con Álex y las noches de llorera no permitían que ella y Luisita tuviesen un momento. Pero ahora, con Álex dormidito Amelia permitió su mano subir por el muslo de su chica, arañando la piel pálida de Luisita.

-Ame... - El nombre murió en la garganta cuando la mano caliente ya estaba sobre su sexo por debajo de la ropa. Acarició, estiro la piel, volvió a cubrirlo, apretó.

-Bésame. – Pidió la morena y Luisita cumplió.

Se besaron con ganas, subiendo las escaleras del deseo en un tirón, aprovechando el poco tiempo que tenían. La ropa empezó a volar por el salón en menos de un minuto, solo quedaron el sujetador de Amelia y el boxer de Luisi, este ultimo la morena bajo de una vez y al mismo tiempo atacando con la boca aquella parte de su chica que tanto había echado de menos.

-Huuummmm – Gimió la morena con la boca llena.

-Joder. – Susurro Luisita enredando sus dedos en los rizos de Amelia.

Luisita apretaba el trasero de la morena que estaba de rodillas en el sofá a su lado, amasaba las nalgas con su mano izquierda y la derecha presionaba la cabeza más y más contra su pene.

Amelia le soltó el miembro con un hilo de saliva, los labios rojos y los ojos oscurecidos, solo para sonreírle y volver a bajar. Chupaba como nunca antes lo había hecho, y Luisita estaba en el cielo, tanto que no pudo evitar.

-Ameliaaaaaa – Se corrió, tanto que la morena no pudo tragarlo todo y grande parte deslizó sobre su pene hasta caer en el sofá. – Cariño, perdón. Perdón, no pude evitarlo. – Acunó las mejillas de Amelia para besarle los labios, sabiendo a ella.

Luisita deslizó el trasero hasta la alfombra y tumbó la cabeza hacía atrás, posando en el sofá. – Ven mi amor.

Amelia tomó su lugar, con las piernas abiertas sobre la boca expectante de su rubia, que no tardó a conquistar otra vez aquellos terrenos, con su lengua experta abriendo paso por la humedad saborosa que le encantaba, gimieron ambas.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora