34 - ?

2.6K 170 32
                                    

Tcham tcham tcham tcham... (tambores)
Vamos a ello.

X

Amelia se arregló como si fuera una fiesta en todo lo alto, vistió sus pantalones con estampa de flores, una camisa negra de mangas largas y tacones. Maquillo su delineado perfecto y sus labios rojos. Se giró a Luisita cuando esta adentro otra vez la habitación y la vio usando solo bragas, unas bragas que Amelia le había regalado, después de hablar con algunas personas y de googlear hasta el límite de la internet, encontró las bragas de las que gustaban a su chica, chiquititas en el culo, pero con espacio suficiente para abrigar el bulto que causaba su pene.

-Las encontré en el cajón. – Luisita la miraba con los ojos encharcados. – Gracias.

Amelia sacudió la cabeza, con una sonrisa y ojos llenos de lágrimas también, gracias a la diosa Rihanna por el maquillaje a prueba de lágrimas. – Estas guapísima. – Paseo la mano por el cuerpo pálido de Luisita. Su cintura delicada, sus pechos de pezones pequeñitos y rosados, sus piernas, su culo redondo y por fin su pene, relajado, sin intención de nada más que una caricia. – Me encantas. – Susurro antes de besarla.

-Te amo. – Respondió la rubia mirando a aquellos ojos llenos de adoración que la devoraban el alma, otro beso más, antes de volver a arreglarse. Luisita busco su vestido de manga larga, uno rojo con aire hippie, cepillo la melena dorada que cada día estaba más larga y Amelia le hizo el delineado del ojo.

La música empezó a sonar en el salón, dando inicio a la fiesta. Salieron juntas y fueron recibidas por una lluvia de papel picado en los colores del arco iris en tono pastel, como el resto de la decoración. Durante la tarde, Marina finalizó su tarea y ahora todos los animalitos estaban en sus posiciones, pegados en las paredes. Luisita se acercó a su amiga le abrazando por detrás.

-Muchas gracias Marina. – Le dijo cerca del oído. – Te quiero.

-Y yo a ti, rubia. A ti, a la morenaza y al pequeñín. – Se giro en los brazos de su amiga, para un abrazo apretado.

Amelia vio el brownie de Miguel con su cartel de "gordi" y se echó a reír. – Si me ves gorda ahora, vuelve en unos meses. – Dijo al chico antes de abrazarlo por la cintura.

-Estas radiante y aún estará en unos meses.

Empezaron a comer, beber y charlar con todos, a veces las dos juntas en un círculo enorme, otras hablando por separado, buscándose con la mirada y sonriendo.

Ya entrada la noche Luisita recibió un mensaje de sus hermanos, diciéndole que ya estaban listos. Fede dio inicio a su magia y mando las invitaciones de la llamada vía WhatsApp para todos. La madre de Amelia fue la primera en aparecer en la pantalla, al lado de su tía Madalena.

-Hola mamá, hola tía.

-Hola, que bien se ve ella no Devi, mira que es guapa. – Amelia sonrió avergonzada por el piropo delante de todos sus amigos.

-Tía, por favor, que no estamos solas.

-Deja de tonterías hija que es más que guapa. ¿Dónde está tu novia?

-Aquí Madalena. – Dijo Luisita apareciendo al lado de su chica, saludando la mujer que había conocido en el jueves. – Hola, hola suegra.

-Hola nuera. Anda que es guapa que duele eh. – De esta vez fue Devoción quien piropeó. - Que mi nieto será el más guapo del mundo.

-Manuela, que no se ve, que no se ve. – La voz de Marcelino en una pantalla en negro retumbó los altavoces y todos los presentes se echaron a reír. - Mira ahí Luisita. Hola hija.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora