Capítulo 1 "Era una adquisición extraña"

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El despertador me recordó con sus incesantes pitidos que debía ponerme en pie en algún momento. Pero estar bocabajo sobre el colchón parecía una idea más tentadora.
Mis rizos se habían atravesado en mi rostro. Los aparté, justo antes de voltearme para quedar sobre mi espalda. No me había adaptado a la luz de la mañana todavía.
Cuando enfoqué el techo un mal presentimiento se apoderó de mi pecho. Era eso, o los nervios mezclados con la tristeza. Dejar atrás a mis amigos y mi escuela para estar en una a la que no quería asistir era algo muy pesado para mi alma juvenil .
Alcé la mitad de mi cuerpo y quedé sentada sobre la cama. Bostecé y estiré mis brazos lentamente. Miré a mi alrededor. Observé el clóset y un suspiro de irritación salió de mis labios. El mueble no era el problema. Lo que me molestaba era pensar en el uniforme nuevo que guardaba detrás de esas puertas.

Antes no era necesario que usara uno.

Decidí levantarme de la cama. Me bañé y vestí con la ropa aquella para luego ir a desayunar. Mamá me esperaba en la cocina.

-Buenos días Natasha. Estas hermosa-Sus halagos para mí no se hicieron esperar.-Te ves muy sofisticada con ese uniforme.

El diseño de la vestimenta en sí, no era el culpable de mi malestar, sino el lugar que representaba. Me gustaba la combinación de camisa blanca, bajo una chaqueta de mangas largas de color carmesí. En la zona izquierda del pecho habían bordado el escudo de la escuela. La falda no era extremadamente larga y la tela tenía un diseño cuadriculado con distintas tonalidades de rojo.
Medias blancas y tan largas que tocaban la mitad de los muslos de las chicas. Los zapatos negros eran iguales para todos los alumnos y de uso obligatorio.

-Gracias mamá-respondí, pero sin ganas de hacerlo. Ella notó la incomodidad en mi mirada, en mis gestos y mi voz.

-Nat, verás que te vas a adaptar rápido y harás nuevos amigos.

-Yo no quería nuevos amigos, Natalie.-Dije de forma grosera-Ni tampoco una escuela nueva.

-Lo sabemos, pero ya te hemos dicho que es lo mejor para ti.

-Sí mamá. Cómo quieras-deseaba parar la conversación porque íbamos a caer en la misma espiral descendente de argumentos-¿Qué preparaste para desayunar?

-Huevos revueltos y tocino con tostadas. También hay leche con café.

-¡Muy rico!

Mamá colocó delante de mí, sobre la mesa, un plato blanco con la comida.

-Voy a ponerme el uniforme-Me dijo-Hoy, por ser el primer día, te voy a acompañar al instituto y luego iré a trabajar.

Asentí con la cabeza con la boca llena. Ella salió de la cocina.
Mientras desayunaba no podía parar de hacerme películas mentales sobre como sería mi vida a partir de aquel momento. Pensamientos buenos y malos golpeaban mi cabeza. Fue tanto el estrés que mi apetito se afectó.

Subí nuevamente a mi habitación para cepillar mis dientes y tomar mi mochila. Al pasar frente al espejo noté lo demacrada que estaba.
La tensión me estaba matando. Y mi rostro era muestra clara de ello. Tiré la mochila sobre la cama y me dediqué unos minutos con el maquillaje. No demasiado. No quería problemas el día.

En cinco minutos logré verme mucho mejor. Guardé los utensilios y artículos de belleza en su lugar. Tomé mi mochila nuevamente y bajé al primer piso.
No había rastros de mamá; pero estaba Joseph en la sala. Me observó de arriba a abajo.

-Pareces un saco de papas en ese uniforme.

-Joseph, te juro que hoy no estoy de humor para tus estupideces.

Se encogió de hombros y respondió con indiferencia:

-Yo sólo te digo la verdad.

-Es cuestión de adaptarse. Además no voy a ser la única. Todas las chicas lo usan.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora