Capítulo 31 "La niñera de Sofía"

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Para el viaje de vuelta nos sentamos en diferentes lugares. Michael ocupó el asiento del conductor. A su lado estaban Kevin y Calvin.
En los puesto de atrás quedamos en este orden: Frank, mi hermano, yo y Lucas. En la parte trasera del vehículo iba Dylan.

-¿Qué les parece si vamos a celebrar nuestra aplastante victoria en un club nocturno?-propuso Michael y giró el volante rápidamente hacia la derecha en una esquina.

Todos nos inclinamos a la izquierda bruscamente.

-¡Vamos a morir por tu culpa, inútil!-prostestó Dylan porque se había golpeado la cabeza en medio de la maniobra-¡Última vez que te dejamos conducir!

-Para tu información DyLan yo soy un conductor excelen...

-¡Mira, luz roja!-Gritó Dylan señalando el semáforo que estaba en frente.

Michael pisó el freno a fondo haciendo que la furgoneta parase en seco. Poco faltó para que salieramos disparados por el parabrisas.

-Pero, ¿A qué juegas Joshon?-Se quejó Kevin-¿acaso quieres matarnos?

-Está bien, voy a ser un poco más cuidadoso.

-¿Sólo un poco, Mike?-pregunté.

-Ok, seré mucho más cuidadoso y menos temerario.

-Así me gusta Mikey- Kevin imitó una voz femenidad- Me alegro de que la educación que te hemos dado tu padre y yo haya servido de algo.

-¡Detente Gemelo del Demonio! Suenas como mi abuela-Kevin levantó sus manos en señal de rendición y Michael giró los ojos-Vamos a celebrar ¿Sí o no?

-Absolutely mi querido amigo apestoso-Kevin amaba molestarlo.

-Si no dejas de joder, tu hermano terminará siendo hijo único. Estás advertido.

-Tranquilo,-el gemelo mostró sus manos en señal de rendición-estaba bromeando contigo.

Lucas tenía razón con lo que dijo de los Tresh. Kevin era un chico divertido que no dudaba en llamar la atención. Su hermano Calvin, sin llegar al punto de ser antisocial, prefería escuchar música con sus audífonos y un chicle en la boca. La luz del semáforo volvió al color verde. Eso nos indicó que podíamos continuar.

-Yo me apunto al plan-afirmó Frank muy animado.

-Yo también. Suena divertido-Dijo Dylan.

-Y yo-Habló Joseph.

-¡Tú no irás a ningún club, enano!-Golpee la parte atrás de su cabeza.

-No eres mi madre. Eres mi odiosa hermana. ¡Tú no puedes decirme lo que puedo o no puedo hacer!

-Está bien, bicho.-Sonreí de lado-Intenta que mamá te dé permiso y luego trata de que te dejen entrar al club siendo un gnomo de trece años.

-Tan gnomo no seré, si te llego hasta la altura de los ojos.

-Ohhhhhh-se burlaban de mí todos los chicos, Lucas incluido.

-Además los hombres crecen hasta los veinticinco años. Es probable que termines siendo tú la enana.

Maldito sabelotodo ¿De dónde sacaba tanta información?

-¡Auch!-Lucas mostró una expresión de dolor fingida-Eso debió doler, princesa.

Suspiré con fuerza en señal de irritabilidad.

-Ya, no te enojes.-Lucas sobó mi cabeza-Chicos yo también voy.

Todos quedaron en silencio unos segundos. Sus miradas se dirigieron a mí, Michael me miraba por el retrovisor.

-¿Qué?-Pregunté.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora