Capítulo 14 "¿Lucas o Christian?"

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Un pequeño rayo de sol penetró por mi ventana, atravesó la cortina y cayó "por casualidad" en mi cara. Si, lo sé, nunca tengo suerte realmente. Cuando no es mi despertador el que me despierta es el solecito. Lo primero que hago siempre que me levanto es mirar mi teléfono para ver si tengo algún mensaje o llamadas perdidas. De hecho, aquella mañana, tenía dos mensajes: uno de Christian y otro de Lucas.

CAMARERO SEXY: Buenos días mi reina, espero que hayas dormido bien. No puedo esperar para verte hoy. Besos.

Hubiese pasado el día en una nube de algodón recordando ese lindo mensaje de buenos días. Después revisé el de Lucas y la nube se me desmoronó.

Imbécil: Natasha espero que hayas amanecido viva. Si es así responde lo antes posible y si no... Responde igualmente. Hoy voy a dar una vuelta con unos amigos. Te apuntas?

Como no tenía nada mejor que hacer respondí los dos mensajes. Primero a Lucas que parecía ser el que estaba más cerca de sufrir un infarto si no le contestaba rápido.

Yo: Sí, estoy viva pero voy a estar ocupada hoy. Lo siento.

Y luego le respondí a Chris:

Yo: Perdón por no contestar antes mi rey. También quiero que llegue la tarde. MUA.

Ya ambos mensajes estaban contestados así que me metí a la ducha y estuve ahí un largo rato.
Cuando salí del baño me vestí y peiné mis rizos.
No pensaba quedarme en casa viendo las horas pasar. Tenía que hacer algo productivo. Era sábado. Tenía la mañana completa para mí, para hacer lo que quisiera, para divertirme, para dormir. Esa última idea me agradó tanto que dejé que mi cuerpo cayera de bruces sobre la cama. Hubiera quedado completamente dormida de inmediato; pero comenzó mi madre a golpear la puerta y a gritar mi nombre como loca. Seguramente no sabía que estaba despierta ya.

-Mamá -dije abriendo la puerta-¿Qué sucede contigo?

-¿Recuerdas cuando me comentaste que saldrías hoy?

-Claro¿por qué lo dices?

Esa es probablemente una de las preguntas más estúpidas que he hecho en toda mi vida. Cuando tus padres te mencionen algo para lo que ya te dieron permiso, mejor será que tomes un paraguas porque se avecina una tormenta de chantajes y condiciones.

-No es nada especial cariño -me dijo- Necesito que me ayudes con los quehaceres de casa. Veo que estás bañada y vestida así que, ahoramos tiempo y podemos empezar ahora mismo.

Juro que le hubiera dicho que no, que la iba a demandar por abuso infantil o algo así; pero ese díano me convenían las controversias con la generala y ella lo sabía.

Las labores que tuve que hacer no eran extremadamente complicadas.
Solo aspirar el suelo, fregar los platos y organizar la habitación de J.J. que más que habitación parecía un basurero: platos con restos de comida, envolturas de caramelos y ropa sucia tirada por todas partes. ¡Ay, madre!  Ya me vengaré cuando tenga que elegir tu asilo. Pero bueno, ayudar en casa nunca está de más y me ayudó a no pensar ni en Lucas ni en Christian durante horas.
Terminé de hacerlo todo. Aún faltaba hora y media para que tuviera que irme. Subí a mi habitación. Tomé otro baño, pero esta vez lo hice más rápido. Elegí para la cita un vestido azul con encaje en las mangas y la espalda. Utilicé tonos muy naturales en el maquillaje. Bajé las escaleras. Estaban mis padres viendo la televisión bien juntitos, sentados en el sofá.

-Qué linda mi niña ¿A donde irás?- preguntó papá.

No podía decirle que saldría con un Adonis de veinte años así que salvé la situación cuando respondí:

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora