El sábado a las tres y media de la tarde escuché como el sonido de un motor se acercaba a mi casa, seguido de un bocinazo que me hizo saltar. Salí a mi balcón. Comprobé que había una furgoneta negra muy linda aparcada delante de mi casa.
De la zona del conductor salió un chico que conocía a la perfección. Su cabello negro se desorganizó un poco con el viento. Era Frank, el salvavidas tatuado.Al final resultó que me gustó la idea de nombre de contacto que le puso Jenna. Lo dejé como estaba, claro que, corriendo el riesgo de que Lucas lo leyera si algún día revisaba mi celular. Pero no importaba, siempre me ha gustado tentar a la suerte."Si Lucas ve eso, tu cabeza va rodar" me advertía mi conciencia. Yo no lo hacía caso.
—¡Natasha, baja que tenemos que irnos!—Gritó Frank con su mano izquierda rodeando su boca para que el sonido se escuchara más alto.
—¡En un segundo estoy abajo!—Contesté a gritos también.
Me encontraba lista ya. Mis rizos estabas sueltos. Delineado negro resaltaba en mis ojos y en la boca labial de brillo. Mi vestimenta se conformó con una blusa de franela blanca debajo de una chaqueta de cuero color beige. Pantalones ajustados a juego con la chaqueta y tenis de color blanco. Pasé junto al espejo para darme un último vistazo. Amaba ese conjunto y aún recordaba el día que mis padres decidieron regalarme esa cazadora.
—Natie, mira que conjuntos tan lindos—Mamá me mostró una revista de moda que estaba hojeando en el sillón.
—Sabes que no me gustan estos modelos tan caros—Yo estaba sentada a su lado. También revisaba una revista—Sólo mira esto,—le mostré la página—casi quinientos dólares por una chaqueta.
—¿Puedo verla?—Papá estaba en otro sillón, con el control remoto en las manos, haciendo zapping en la TV.
—Claro—Me acerqué a él y le mostré el anuncio.
—Nat, está muy linda ¿Te gustaría que te la compráramos?
-Pero es muy cara.
—Vamos tonta—sonrió mamá—. Tómalo como un regalo nuestro por acabar el curso escolar con excelentes calificaciones.
—Está bien—Eché un último vistazo a la revista—¿Sabían que son unos padres muy testarudos?
—Sí hija—afirmó orgulloso papá.
—Pero, a parte de testarudos somos los mejores padres del mundo—comentó con nula modestia mamá y me guiñó el ojo derecho.
—También—los abracé—. Por eso los amo tanto.
Salí de mi cuatro y bajé las escaleras a toda prisa.
—Estás muy linda hermana.—Halagó Joseph cuando yo estaba a punto de salir.
—Gracias J.J.
—De nada, Nat.
—¿Ves? Cuando eres amable no hay necesidad de que me comporte mal contigo—me dispuse a abrir la puerta.
—¡Espera!
—¿Ahora que quieres?—Suspiré fuerte y giré los ojos—Ya te di las gracias.
—Es que...—Mi hermano bajó la cabeza.
—¡Oh, no, no, no, no! Ese es el gesto que haces cuando quieres pedirme un favor enorme.
—Veo que conoces bien a tu hermano.—Mamá apareció. Se colocó detrás de él y le puso una mano en su hombro— Joseph ama el fútbol. Nos pidió que te dijeramos que lo llevaras contigo para ver el partido.
—Pero mamá—hice un puchero.
Piii piii.
Se escuchó el sonido de la bocina seguido de un "¡Vamos Nat, que no podemos llegar tarde!"
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"Entraste a mi Vida" [Terminada]
Teen FictionUna decisión, por pequeña que sea tiene el poder suficiente para cambiar radicalmente una vida. Como en este universo todo y todos estamos interconectados, a veces, tu vida dará un giro inesperado aunque la idea no te pertenezca. Puede ser una decis...