Capítulo 36 I "La boda"

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Eran unas vacaciones muy completas. Había ido a un hotel de lujo, conocí a personas nuevas, fui a un partido de fútbol y casi me meto en un problema muy gordo por dejar que Lucas se quedase a dormir conmigo en el apartamento de Sofía. Eso, sin contar que me embriagué en un club de strippers y casi nos hacen daño unos delicuentes. Esto último no fue agradable pero ocurrió.
También noté una mejoría: a medida que iban pasando los días las pesadillas se hacían cada vez más leves. Hasta que llegaron a un punto en el que eran casi inexistentes. Pero aún y así no quería volver a entrar en una piscina en lo que me quedaba de vida.

El tiempo pasó y llegó el tan esperado sábado. Era el día de la boda de mi mejor amiga y yo estaba hecha un manojo de nervios. Casi parecía que yo era la que se iba a casar.

Desperté aquella mañana con una mezcla rara de orgullo, miedo y alegría que me tenía el estómago y la cabeza dando vueltas sobre sí. Eso, sin contar que se me salían las lágrimas sólo de imaginar a Jenna usando el vestido hermoso que escogí para ella.
Recuerdo que desperté temprano gracias a mi despertador, pero no el que puedo tomar y lanzar contra la pared, sino aquel chico de rubia cabellera que no paraba de llamarme.

—¿Para esto querrías una videollamada?

Sí. Estoy desesperado, no sé que hacer.

—Cómo si yo no estuviera lo suficientemente estresada.

¿Estás agobiada, nena?

—¡Sí!

Entonces ayúdame con esto. Así te dejo en paz antes. Es que es muy importante.

—¡Por Dios Lucas! Eres hombre, eres rico,tienes muy buen gusto y estilo. No necesitas de mi ayuda. Además en la ropa masculina no creo que las personas se fijen tanto como...

¿Qué no? ¿Qué tipo de personas conoces tú?

—Unas que no necesitan hacer videollamadas a las seis de la mañana para elegir un par de pantalones.

Eres cruel ¿Lo sabías?

—Y tú un dramático, tesoro. Estás haciendo una tormenta en un vaso de agua.

Tienes razón—Él tenía un desorden enorme en su habitación. Caminó entre las prendas mientras hablaba—¡Maldición! A veces desearía ser un chico normal. De esos que tienen muchos polos y que los combinan con los mismos jeans y algún que otro par de zapatos.

—El problema es que tú eres un princeso.

Y tú la ogra verde del pantano que no me está siendo útil.

—¿Sabes qué?—Le dije algo indiferente —Pídele ayuda a alguna de tus sirvientas la próxima vez.

¿Por qué eres así conmigo?Usó su tonito de telenovela—¿No sabes que me dañas?

—Pues—sonreí ampliamente—es que soy una ogra verde sin sentido de la moda, lo siento. Chao bello—Detuve la videollamada presionando el botón rojo en la pantalla.

Tenía que prepararme. Lucas me había dicho que pasaría por nosotros para ir a la iglesia. Algunos días antes me dediqué a perfeccionar mi aspecto para no llegar hecha un desastre al lugar. Visité el salón de belleza para hacerme la manicura, la pedicura, una limpieza de cutis y para arreglarme el cabello. Lucas se encargó de encontrar y comprarme el vestido y los zapatos que más le gustaron. Es lindo tener un novio que entienda de esas cosas. Pero no pienso irme del tema. Resulta que estaba en mi cuarto dispuesta a ir a ducharme cuando de repente escuché el gigantesco ajetreo que había en la casa y una singular conversación entre mi madre y mi padre.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora