El estrepitoso sonido del timbre dio la señal de que podíamos retirarnos de la institución. Justo como Lucas dijo hacían seis horas: Jaime estaba esperándome para llevarme a casa.
—Buenas tardes señorita Natasha—Me saludó cordialmente cuando me vio acercarme al coche negro.
—Buenas tardes Jaime ¿Cómo estás?
—Muy bien ¿y usted?
—También.
—El señorito Lucas me pidió que la llevara a su hogar.
—Sí, lo sé. Me lo dijo antes de irse echo una furia.
Me trasladé hacia la puerta e intenté abrirla.
—Natasha, permíteme-Se apresuró a ayudarme.
—Gracias—Sonreí y luego entré al vehículo.
Durante el trayecto intenté llamar a Miller, pero su teléfono estaba apagado.
—¿Por casualidad sabes dónde está Lucas?-Pregunté a Jaime.
—Él salió de la mansión de sus padres muy enojado. Acto seguido me pidió que lo llevara a su casa.
—¿Sabes por qué su teléfono está fuera de servicio?
—Realmente no—Añadió sin retirar la mirada de la carretera—pero me pidió que le informara que no estaba de buen humor y que no quería ser molestado. Tal vez su celular tenga algo que ver con eso.
—Entonces, mejor será que lo deje en paz—Dije mientras tomaba mi mochila para guardar mi teléfono dentro de uno de sus bolsillos.
Luego de mi llegada a casa subí a mi habitación. Dejé la mochila sobre la silla giratoria que estaba delante del escritorio. Me quité los zapatos, las medias altas y los dejé esparcidos por el suelo. Retiré de mi figura el resto del uniforme. Fui hasta el baño a ducharme con agua muy fría. Luego de secarme la piel y el cabello me puse ropa tan cómoda como sencilla: un par de shorts cortos y una camiseta negra muy amplia.
Para mantener la cabeza ocupada y no pensar en él, me dediqué a revisar algunos de los apuntes de las clases tirada sobre la cama. Llegué a adentrarme mucho en el estudio. Estaba muy concentrada en la lectura de los libros. No noté que mientras leía mordía la parte superior de mi pluma de tinta azul.
Toc toc toc.
Escuché que llamaron a la puerta de mi habitación.
—Adelante—Respondí sin quitarle la vista a los libros.
Se abrío lentamente y con un leve chillido de la madera. Reveló la figura de mi papá, detrás de ella.
—Hola Natasha.
—¡Papi, llevo todo el día sin verte!- Rebosaba de alegría. Salté de la cama para ir a abrazarlo—Que sea la última vez que te vas sin despedirte.—Lo amenacé con jocosidad.
—Lo siento osita,—Él me llamaba así, muy de vez en cuando—tuve que irme tan temprano en la madrugada que ni tu madre estaba despierta.
—Algo de eso sabía.
—Pero no vine sólo a verte.
Lo miré con el ceño fruncido—¿No?
—También a decirte que en la sala está la prima de Jenna.
—¿Brenda? ¡Qué raro! ¿Sabes que quiere?
—¿Por qué mejor no bajas a saludarla y lo descubres?
—Tienes razón papá.
Salí al pasillo y bajé las escaleras. Brenda estaba sentada en el sillón mirando los alrededores. Como si las paredes le parecieran lo más lindo de la ciudad. Estaba tan enfrascada en visualizarlo todo, que no se percató que estaba parada cerca.
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"Entraste a mi Vida" [Terminada]
Teen FictionUna decisión, por pequeña que sea tiene el poder suficiente para cambiar radicalmente una vida. Como en este universo todo y todos estamos interconectados, a veces, tu vida dará un giro inesperado aunque la idea no te pertenezca. Puede ser una decis...