Aquel día mis padres salieron temprano de casa. Partieron a la parrillada de la cual me había comentado mamá. La única órden que tenía era que cuidara todo. Eso incluía a Joseph, mi querido hermano.
—¡Enano, ven acá!—Mi labor como niñera incluía perseguirlo por la casa para que cepillase sus dientes. Joseph corría por todas partes. Me esquivaba. Saltaba sobre los muebles. Cruzaba por debajo de las mesas. Subió a la segunda planta para despistarme entrando por una puerta y saliendo por otra.—¡Deja de correr por todos lados idiota!—Estaba harta de él, de sus tonterías e inmadureces.
Él se detuvo a cierta distancia de mí. Estaba lejos del alcance de mis manos y de mis deseos de estrangularlo.
—Si rompes algo en medio de tu huída, a mí me van regañar. Pero luego iré a tu habitación en la noche y te extirparé varios órganos.
No hablaba en serio. Era el enojo. Me pone verbalmente muy violenta y sanguinaria.
—Aprende a hacer amenazas mejores, hermanita. Con esa no me asustaste ni un poco—Dijo con arrogancia y salió corriendo otra vez.
Lo seguí. Joseph corre muy rápido. Me esforcé por alcanzarlo. No conseguí evitar que prácticamente me sonara, la puerta del baño del primer piso en la cara. Quedó encerrado dentro.
—¡Joseph!—Golpee la madera frenéticamente—¡Abre!
—No.
—¿Por qué me haces esto? ¿Tanto me odias?
—No te odio, Natie—Lo oía detrás de la puerta—Pero no te dejaré en paz hasta que me dejes hacer una tarta de manzana.
—Ya te dije que no, como mil veces.
—¿Por qué no?—Gimoteó.
—¡Joseph James! Tienes casi catorce años. Incluso querías tener relaciones sexuales ¿No crees que ya es momento de madurar?
—No expongas mis intimidades de esa manera ¿Vale?—Torcí la mirada—Y lo de madurar lo dejaré para luego. Crecer no es divertido.
—¡No me importan tus conclusiones sobre la vida! ¡Sólo sal de ahí!
—Quiero mi tarta.
—¿Para que dejes la cocina hecha un desastre? ¡Ni lo sueñes!
—Entonces no saldré y cuando vengan mis padres les diré que me encerré aquí por temor.
—¿Temor a qué?
—Diré que metiste en la casa a amigos. Y que traían en los bolsillos de sus chaquetas misteriosas jeringuillas y paquetitos con un extraño polvo blanco en su interior.
—Mamá no va a creer eso.
—Tal vez sí. Los de tu edad no son confiables.
Rechiné mis dientes por la rabia—Me sacas de quiso—Miré a mi alrededor para ver con que podía contrarestar el ataque.
Mi búsqueda me llevó hasta el salón.—Esto será perfecto—me dije cuando vi aquel objeto. Lo tomé en mis manos.
Volví a ubicarme junto a la puerta del baño.
—Joseph,—hablé suavemente—pórtate bien. No me obligues a cometer una locura.
—¿De qué hablas?
—¿Recuerdas tu Play Station? Esa, que amas más que a nada y a nadie en este mundo.
—¡No te atrevas a hacerle daño Natasha!
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"Entraste a mi Vida" [Terminada]
Novela JuvenilUna decisión, por pequeña que sea tiene el poder suficiente para cambiar radicalmente una vida. Como en este universo todo y todos estamos interconectados, a veces, tu vida dará un giro inesperado aunque la idea no te pertenezca. Puede ser una decis...