Capítulo 47 "El Dr. L.Gordory"

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Al día siguiente Lucas y yo pasamos gran parte de la mañana divirtiéndonos con Prince en el jardín de su casa. Miller le estaba enseñando muchos trucos divertidos al cachorro. Había logrado que Prince se sentara cuando se lo indicaba, que trajera de regreso una pequeña pelota de goma cuando la lanzaba. El perro incluso saltaba, giraba sobre el suelo y había aprendido a hacerse el muerto. Lo único que Lucas no había logrado conseguir era que Prince no mordisqueara sus zapatos y su ropa.
Estaba a punto de morir de risa ante la visión de mi par preferido revolcándose, jugueteando sobre el verde pasto.

Una de las empleadas se aproximó a nosotros portando entre las manos una bandeja plateada con dos copas de vidrio encima, llenas de piñascoladas. L Estaban adornadas con sorbetes de colores y con un triángulo de piña introducido en los bordes.

—Aquí están sus bebidas—Anunció la chica con una voz apagada.

—Deja la bandeja sobre la mesa y retírate—Le ordenó él sin dejar de prestarle atención a Prince.

La chica atinó a expresar "Sí, señor" con la cabeza un poco gacha. Colocó la bandeja de plata y se retiró en silencio.

—Aún no entiendo como las personas pueden obedecerte de esa manera. Sin siquiera poner mala cara.

—Natasha, eso es algo normal en mi vida—Se acercó a la silla a mi lado, tomó una toalla y limpió sus manos—La única que no lo hace eres tú.

—No tengo la necesidad. Tú a mí no me pagas.

—Pero a la servidumbre sí. Por eso no se molestan en poner malas caras, al menos no delante de mí—Sostuvo una de la copas y probó un trago largo de la bebida—A mis espaldas, seguramente las sirvientas dicen que soy soy niño inmaduro, irresponsables y un hijo de la gran puta.

Tomé la otra sin pensarlo mucho para probar un sorbo del líquido. El dulce y agradable sabor a piña bailó por cada una de las células de mi paladar. Coloqué nuevamente la copa elegida sobre la mesa cuando quedaron dentro de ella sólo unas gotas de piña colada.

—Creo que deberías ser un poco más amable—Le aconsejé—. Aunque una persona trabaje sirviendo a otra eso no la convierte en esclava. En el fondo, los ricos necesitan más de sus empleados que los empleados de los ricos.

Lucas dejó escapar de entre sus labios una sonrisa de incredulidad.

—¿Tú escuchaste lo acabaste de decir?

—Naciste rodeado de sirvientes. Si un día ellos te dan la espaldas estarás en problemas. Así que, se más agradable, usa el "por favor" y un poco de "gracias". Verás como las personas dejan de pensar que eres imbécil.

—Tú pensabas eso de mí y mira como has terminado, con perro y todo. Si hasta parecemos una familia, sólo nos faltan los niños.

Prince se acercó a Lucas con la clara intención de morder su pantalón.

—¡Hey, hey, pulgoso!—Se quejó él tratando de salvar la tela—¡No hagas eso!

Lucas lo tomó en brazos y Prince le lamió repetidas veces la mejilla.

—¡Joder! ¡Qué asco!

—Vamos, no te quejes más. Ojalá pudiesen verse desde afuera. Se ven muy tiernos juntos.

—Este bicho blanco tiene una horrible costumbre de morder mis zapatos y de comerce pedazos de mi ropa. Y después la comida carísima que le compro ni la mira.

—Es sólo un cachorro. No hagas un drama de eso.

—No, esto no es un cachorro. Es una máquina trituradora.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora