Capítulo 37 "Barbie"

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Riiiiiing riiiing riiiing.

Faltaban pocos días para que iniciase el nuevo curso en la preparatoria. Las vacaciones se habían convertido en un efímero soplo de viento y para no perder la costumbre decidí hacer las paces con mi despertador. Aunque con eso me condené a despertar muy pronto en las mañanas. A pasar casi una hora acostada, aburrida, mirando al techo y sintiendo los pensamientos pasar.
No había comentando con nadie que había visto a Frank y a Brenda salir de aquel baño, ni siquiera con mi rubio arrogante. No tenía ese derecho.

Mi teléfono, como la mayoría de las veces, se encontraba al alcance de mi mano. Decidí llamar a Lucas. Él, aunque me duela en el orgullo admitirlo, le daba sabor a mis días.
Encendí mi celular presionando con mi pulgar el botón que detecta mis huellas dactilares. Busqué
"Imbécil" en la lista de contactos.

—¿Qué pasa?—Contestó del otro lado del teléfono.

—Buenos días para ti también.

Me refiero a ¿qué pasa contigo? No es normal que me llames tan temprano en la mañana. De hecho, no es normal que seas tú quien me llame.

—No sé. Tal vez quería comprobar si es cierto eso de que ''A quién madruga Dios lo ayuda". ¿Y tú?

¿Yo qué?

—No te escuchas como si te hubieras acabado de despertar.

Y hay una buena razón para eso: quise hacer mi rutina de ejercicios bien temprano en la mañana.

—Me parece muy bien.

Natasha, por favor deja de dar rodeos que te leo mejor que a un libro para niños.

—¿Y eso que significa?

Que sé que me estás llamando porque necesitas desesperadamente que te ayude a darle sentido e interés a tu vida.

Realmente este chico le cortaba la inspiración a cualquiera.

—Tú siempre creyéndote mucho.

Vamos Nat, deja de ser orgullosa. Sabes que siempre que lo necesites puedes venir a mi casa.

—Sí, pero...

Te estaré esperando—Colgó sin darme la oportunidad de darle una respuesta.

—Este chico es un imbécil— Le hablé al teléfono.

"Sí, pero es tu imbécil favorito" Dijo la vocecita odiosa de mi conciencia.

Me preparé para ir a pasar el día en la casa de mi novio. Elegí una blusa amarilla con tirantes. Unos jeans azules con cortes a nivel de la rodilla. Y unas sandalias marronas, muy cómodas. Mis rizos los adorné con un lazo del mismo color que la blusa. Me miré al espejo para comprobar que todo estuviera en orden con mi aspecto y que mi cadena con el dije de la L seguía tan bonito como siempre.

Tomé el autobús hasta el barrio que quedaba más cerca de la casa de Lucas y desde allí caminé. Traía mis audífonos puestos así que la caminata no me agotó en los más mínimo.
Al llegar llamé a la puerta e inmediatamente después un chico la abrió. No era otro que él, que mi Grey, mi imbécil, mi Todopoderoso, mi Lucas.

-Hola hermosa-Se acercó para besarme.

Olía a recién duchado. A ese aroma de vainilla que tanto le gusta usar. Para mí, siempre ha sido importante el como huele un chico. Él siempre traía unas combinaciones aromáticas deliciosas. A veces perfumes carísimos y otras veces la fragancia del gel de baño. Me gustaba hasta el aroma a cigarrillo que en ocasiones tiene su piel y su pelo. Y el olor leve de su sudor, porque huele a lo mejor que he olido en mi vida entera, su sudor huele a Lucas.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora