Capítulo 27 "Incidente en la piscina"

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—¡Qué ni se te ocurra hacer lo que piensas hacer!—Grité como desquiciada desde mi asiento.

—Pero, si va ser divertido.

—¡Qué vengas a sentarte a la mesa!

—Pero...

—Sabes que si me levanto de aquí va a ser peor.

—¡Eres una aguafiestas!—Bufó irritado.

—Me da igual lo que me digas. Sólo, aleja esa salsa picante de la zona de los postres.

Mi hermano no tiene arreglo. Aprovecha hasta la más mínima oportunidad para hacer travesuras.

—¡Eres una aburrida!—dijo muy enfadado mientras se sentaba frente a mí, en la silla que quedaba junto a Dakota.

—Gracias. Yo también te quiero.—Me mostró su lengua en señal de burla.—A mí no me importa si quieres carbonizarle la boca a alguien—le expliqué con tono de indiferencia y tomé un trozo de queso para probarlo—. El problema es que si lo haces nos pueden echar aquí, con una demanda o algo peor.

—Buen punto—Frank estiró su brazo para agarrar un vaso de agua. Llevaba puesta una sudadera blanca.

—Deja de meter agua a tu organismo.—Habló Lucas—Llevas alrededor de diez vasos ingeridos.—Cambió a su tono de broma—Ya sé porque hay sequía en África, tienes toda su agua dentro.

—¿Y desde cuando te interesa a ti África?—Frank alzó una ceja y siguió bebiendo.

—Desde que quise utilizarla para molestarte—ambos sonrieron.

—¡Son unos insensibles!—A Dakota la notamos ofendida—¿Cómo puedes jugar con algo tan serio, Lucas?

—Sí, claro,—respondió su hermano—había olvidado que una de tus actividades de filantropía es apoyar a las personas de ese continente. Perdóname Dako.

—A mí también—Frank le hizo ojitos de corderito bebé.

—Está bien, los disculpo. Pero tienen que ser consciente de que la situación que están enfrentando esos países no es motivo de...

—¡Sí, sí ya entendimos!—Miller hizo un gesto de indiferencia con su mano derecha—No tienes que ponerte trascendental.

—Volviendo al tema del agua...—intervino Frank—Lucas, sabes perfectamente que bebí demasiado alcohol anoche y necesito hidratarme.

—A mí mo me lo tienes que decir. Yo fui quien te llevó a cuestas hasta tu cuarto. De hecho, has engordado. Antes pesabas menos.

—¡Lo que me faltaba!—El de los ojos azules se indignó un poco—Ahora me llamas gordo, como si tú fueras perfecto.

Lucas abrió sus ojos con finjido asombro—¿Es que no lo soy?

—¡Claro que no! Mira tus músculos. Están flácidos y tienes el culo caído.

¿Lucas flácido? Frank estaba algo mal de la vista.

—¡Eres un envidioso! Ojos de pitufo.

—¡No me llames así!

—¡Chicos!—Di un pequeño golpe sobre la mesa—¡Dejen de pelear por estupideces! Ya no tienen diez años. Son hombres. Compórtense como tal.

—Al parecer el dios equino de las malas vibras estuvo cabalgando por aquí—expresó Dakota con los ojos cerrados, como si se estuviese meditando.

Todos lo que estábamos presentes en la mesa giramos nuestras cabezas. La miramos confundidos. Ella abrió uno de sus ojos y notó que no habíamos entendido nada de su repentina metáfora.

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora