Capítulo 32 "Problemas de Joseph, miedos de Jack"

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Subí a mi cuarto a descansar un poco antes de tener que ir a la misión de cuidar al hijo de la amiga de mamá. El Wi-Fi de la casa estaba activado. Conecté mi celular para ver si había alguna novedad en mis redes sociales. Mi Facebook, casi llora al verme. Me había extrañado mucho y el Instagram ni te cuento.

Las notificaciones llegaban a mi teléfono. Eran tantas que hacían que vibrará frenéticamente. Creí que en cualquier momento explotaría. Entré a mi verde y también abandonado Whatsapp. Tenía muchos antiguos mensajes sin leer de grupos a los que me habían agregado mis amigos. También me habían escrito familiares lejanos. Concretamente en el chat con Jenna tenía dos mensajes de ella que no había mirado.

Jen: Nat, recuerda que el sábado es mi boda.
Va a ser en la Iglesia Principal a las ocho de la mañana.


"Esta Jenna ya está teniendo fallo en la memoria"pensé mientras tecleaba una respuesta.

Yo: Claro que lo recuerdo, tonta. Recuerda recibí tu invitación.

Y enviar...

El signo de recibido apareció de inmediato en la parte inferior derecha de los mensajes. Jenna no estaba en línea en aquel momento. Abandoné Whatsapp y viajé al Facebook.

—¡Madre mía!—Abrí los ojos como platos. —Mis compañeros de mi antigua preparatoria se han convertido en chicos muy guapos—. Deslicé las imágenes hacia abajo con mi dedo pulgar. Comenté "Hermosos" en las imágenes donde aparecían mis colegas y reaccioné con varios Me encanta.

Estaba tan entretenida que no noté que alguien golpeaba la puerta de mi habitación.

—¡Un momento!—Contesté mientras le regalaba unas miradas a mi foto de perfil—¡Uf! nena estás desactualizada— le critiqué a la imagen.

Volvieron a llamar a la puerta, pero esta vez lo hicieron más fuerte.

—¡Qué ya voy!—Alcé la voz en respuesta.—¡Madre mía!¡Qué impaciente son las personas de esta casa!—Dije para mí.

Levanté mi hermoso trasero del colchón. Caminé hacia la entrada de mi cuarto sin mirar a donde iba, porque seguía enfrascada en mi celular. Tomé el pomo de la puerta y lo giré. Antes de que se abriera por completo puede ver de quién se trataba.

—Joseph, no te enseñaron que la paciencia es una gran virtud ¿Verdad?

Él no contestó. Entró a mi habitación y se dejó caer de espaldas sobre la cama.

—Al parecer tampoco te enseñaron a pedir permiso—otra vez el grosero no contestó—¿Me estás escuchando, J.J?—Él continuaba en silencio mirando el hecho—¡Joseph!

—¿Puedo confiar en ti?

Esa pregunta que quebró su silencio me resultó extraña, y más viniendo de él.

—¿A que te refieres?—Estaba confundida y llena de dudas.

Joseph alzó la parte superior de su cuerpo y se apoyó sobre el colchón con sus brazos.

—A que eres mi odiosa hermana mayor y que es tu deber ayudarme con los problemas que tenga.

—Pero,—Cerré la puerta de un golpe. Estaba preocupada. Era la primera vez que Joseph me hablaba de algo de su mundo interior—¿Qué problema tienes, enano?—Me senté a su lado en la cama—Y lo que es más raro aún ¿Por qué me lo cuentas a mí?

"Entraste a mi Vida" [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora