Nueva Profesora

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Cuando todos los estudiantes habían terminado de comer y el ruido en el Salón comenzaba a elevarse, Dumbledore se puso de pie una vez más.

La Conversación ceso inmediatamente y todos giraron la cara hacia el Director. Sienna sentía una placentera somnolencia gracias al mal del puerco. Su cama con cuatro columnas le esperaba en algún sitio en las mazmorras, maravillosamente caliente y suave...

—Bien, ahora que todos consumimos otro magnífico banquete, pido unos momentos de su atención para el aviso habitual de principio de año -habló Dumbledore—. Los de primer año deberán saber que el Bosque en los linderos de la escuela está prohibido para los estudiantes—. y unos cuantos de nuestros estudiantes más viejos también deberían saberlo.

«El Sr. Filch, el vigilante, me ha pedido, por cuadragésima sexta segunda vez, que les recuerde a todos que no se permite la magia en los pasillos entre clases, ni un gran número de otras cosas, todas las cuales puede ser verificadas en la extensa lista sujeta a la puerta de la oficina del Sr. Filch.

Sienna sabía que nadie haría caso, si acaso los prefectos, pero nadie más lo haría, por lo que le pareció una pérdida de tiempo por parte de su anciano director recordárselos.

—Hemos tenido dos cambios en el cuerpo docente este año. Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la Profesora Grubbly-Plank, quien tendrá a su cargo la materia de cuidado de Criaturas Mágicas; también nos encanta presentar a la Profesora Umbridge, nuestra nueva profesora de Defensa en Contra de Artes Oscuras.

Hubo una ronda de aplausos, corteses pero poco entusiastas, durante la cual Sienna sólo cruzó los brazos y miró desafiante a la profesora y con el ceño fruncido preocupada por Hagrid; Dumbledore no había dicho por cuanto tiempo Grubbly-Plank sería su profesora y eso le preocupaba, no tanto por Grubbly-Plank, sino por Hagrid.

Dumbledore continuó.

—Las pruebas para de los equipos de Quidditch de las diferentes casas ocurrirá en el...

Se detuvo bruscamente, mirando interrogante a la Profesora Umbridge. Como ella no era de una estatura muy alta , hubo un momento durante el cual nadie entendió por qué Dumbledore había dejado de hablar, pero entonces la Profesora Umbridge aclaró su garganta.

—Hem, hem —y se hizo claro que ella estaba parada y tenía intención de hablar al publico.

Dumbledore sólo miro hacia atrás un momento, luego se sentó elegantemente y miró atento a la Profesora Umbridge, como si él no tuviera un deseo mayor que escuchar su discurso, cosa que a Sienna le pareció cortesía excesiva o que Dumbledore solo mostraba ese fingido interés para recordarle a Umbrigde que él era el dueño y que ningún sapo seco lo iba a tratar así otra vez.

Los otros miembros del personal no pudieron ocultar su sorpresa. Las cejas de la Profesora Sprout habían desaparecido en su pelo suelto y la boca de la Profesora McGonagall era tan delgada como Sienna nunca la había visto ni en sus peores días. Nunca antes un profesor nuevo había interrumpido a Dumbledore. Muchos de los estudiantes sonreían atontados; Esta mujer obviamente no sabía como eran las cosas en Hogwarts y tenía una cara tan desagradable que por un momento Sienna pensó que su puño pintado en esa cara sería hermoso.

—Gracias, Director —comenzó la Profesora Umbridge con una sonrisa idiota—. Por sus amables palabras de bienvenida.

Su voz era aguda, jadeante, como de niña y una vez más, Sienna sintió un odio que ella misma no se podía explicar; todo lo que sabía era que detestaba todo sobre ella, desde su voz estúpida de rana enferma hasta su mullida chaqueta rosada. Ella despejó de nuevo su garganta. A Sienna le dieron ganas de gritarle que se sentara. Y quizá fue visible que quería hacerlo, pues Calum puso un dedo entre las cejas de Sienna.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora