Semana Santa

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Las vacaciones no eran lo que Sienna esperaba: faltaban dos meses y medio para los exámenes finales y los profesores dejaban tarea como si aún estuvieran estudiando.

—¿Desde cuándo a esto se le llaman vacaciones? —se exasperó Justin—. Las vacaciones son vacaciones...

—Mejor cállate y trabaja —interrumpió Sienna. Por eso odiaba trabajar en equipo: nunca faltaba el flojo que se quejaba aunque no trabajara

—¡No me digas qué hacer, experimento fallido!

Error. Sienna le lanzó sus libros a la cara y tomó sus cosas para trabajar sola en la biblioteca. Le pediría a Snape hacer sola ese trabajo que era en equipo.

Lloró en silencio en la biblioteca mientras trabajaba, trató de hacer caso omiso a las burlas pero le costaba mucho.

Estando en la biblioteca aprovechó para preguntarle a Pince sobre su tarea, resulta que a la bibliotecaria le encantaba enseñar, sabía más de lo que Sienna creía, incluso encontró a alguien de confianza en ella. Era parecida a McGonagall solo que aún más estricta, pero era inteligente y agradable.

Terminó toda la tarea de pociones ese día. Regresó a su sala común y Hannah se disculpó con ella por el comportamiento de Justin.

—¿Pero sí trabajarás con nosotros?

—Lo siento, pero ya lo he terminado —le dijo—, le pediré a Snape entregarlo como tarea individual, si me dice que no se puede o que mínimo deben haber dos integrantes pues solo le complementan información y sacamos a Justin del equipo —sugirió—. Le preguntaré al profesor Snape.

Salió de su sala común y fue a buscar a Snape a su despacho. Tocó la puerta.

—Adelante, Sienna.

Sienna entró al despacho y miró a Snape extrañada.

—Hola. ¿Cómo sabía que era yo?

—Ha pasado tantas veces por aquí que creo que ya me aprendí la frecuencia de sus pasos —respondió sin dejar de revisar y registrar las tareas—. ¿Se le ofrece algo? Cómo puede ver, deseo terminar con esto para poder dormir aunque sea.

—Claro. Eeem, me preguntaba si... ¿Podría entregar la tarea yo sola?

—Creí que había dicho que la actividad era en equipo —murmuró.

—¡Pero es que no puedo trabajar con una persona que me llama experimento fallido! —repuso mientras la voz se le quebraba.

Se sintió tonta, siempre intentaba ignorar los comentarios y no llorar, pero siempre fallaba y terminaba llorando.

La mirada de Snape de volvió asesina y Sienna supuso que era porque alguien había puesto lo que no en su tarea. O porque ella interrumpió.

—¿Quién fue?

—¿Disculpe? —Sienna estaba tan distraída que ya no sabía a qué se refería su profesor.

—¿Quién te llamó de esa manera?

—Oh —vaciló antes de contestar—. Justin...

—Ese niño suele decir estupideces cuando pierde la paciencia —murmuró Snape, pero su voz se escuchó clara en todo el despacho—. Puede trabajar sola, pero le pido que ayude al resto de ese equipo, esos pobres niños no saben ni lo que es un libro.

—Claro. Gracias —sonrió débilmente.

—Y Sienna —dijo antes de que se fuera—. No eres un experimento fallido. Eres la alumna más talentosa que he tenido.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora