El resto de las vacaciones para Sienna fueron demasiado tranquilas, a Snape le preocupó que Sienna ya no quisiera comer helado y cuando iba, Florean Fortescue sentía tanta tristeza por lo ocurrido con su madre, que ya no le dejaba a Sienna pagar por los helados.
Isak tenía mucho trabajo en el ministerio y a casa regresaba para tratar de animar a Sienna como podía, cada fin de semana iba a visitar a los gemelos con Severus.
El primero de septiembre Sienna fue sola con su tío, a menudo volteaba a todos lados esperando que su madre estuviera por ahí caminando junto a ellos. Pero siempre se llevaba la misma decepción.
En el andén, abarrotada se gente como era habitual, Sienna subió su baúl y a Henriette (quien expresaba su tristeza por la partida de Rebecca durmiendo en su habitación) y salió a despedirse de su tío. Estuvieron todo el tiempo abrazados en silencio hasta que el tren anunció que partiría.
—Cuídate —dijo besando su frente—. En Hogwarts te espera un curso bastante movido.
Isak y Severus llevaban todo el verano hablando sobre algo que tendría lugar en Hogwarts y no importaba cuando preguntara Sienna, ninguno le quería dar respuesta.
—¿De qué se trata?¿Podrías decirme?
Isak negó con la cabeza y besó la mejilla de Sienna mientras ella hacia cara de puchero.
—Nunca me dicen nada —refunfuñó e Isak se echó a reír.
—Agradecerás haberte enterado en la escuela, será una magnífica sorpresa —sonrió y algunas chicas de último curso y señoras lo miraban con una sonrisa boba e Isak se sonrojó evidentemente avergonzado de causar esa reacción en esas mujeres—. Creo que... Es hora de que subas al tren, amor. Te veré en Hogsmeade, mándame una carta avisando cuando es tu primer salida.
Sienna asintió y su tío volvió a besar su frente haciéndola prometer que se mantendría alejada de potenciales peligros. Luego Sienna rió entre dientes cuando Isak se fue a toda prisa y las mujeres lo seguían con la mirada.
En su compartimiento estuvo en compañía de Luna quien no tenía dónde viajar ya que todos le habían negado quedarse en un compartimiento con ella, Ginny también venía con ella.
—¿Fuiste a los mundiales? —le preguntó Ginny a Sienna para iniciar una conversación, pero Sienna negó y Ginny puso cara de incredulidad—. ¡No tienes idea de lo que te perdiste! Fue magnífico... Los jugadores, las monedas Leprechaun —explicó sin control—... Todo... A excepción de aquellos mortífagos...
—Muy cierto —concordó Luna—. Papá me llevó de regreso a casa inmediatamente mediante aparición. Dijo que no quería arriesgarse a perderme y menos a manos de unos sucios mortífagos.
La lluvia se hacía aún más y más intensa conforme el tren avanzaba hacia el norte. El cielo estaba tan oscuro y las ventanillas tan empañadas que hacia el mediodía ya habían encendido las luces. El carrito de la comida llegó traqueteando por el pasillo y Sienna compró algunos pastelitos y dulces para compartir ma aquí que para ella.
Ginny continuó explicando cosas sobre el Quidditch mientras Luna comía pastelitos y escuchaba con interés. En algún momento Sienna dejó de escuchar y recordó que su madre le había enviado una lechuza preguntando si quería ir a los mundiales. Le había respondido que sí y unos días después su madre había sido asesinada. Tardó en darse cuenta que estaba llorando y que Ginny había dejado de hablar para limpiar sus lágrimas con su túnica.
—Perdón si te hice recordar algo desagradable —se disculpó Ginny algo avergonzada.
—No... No te preocupes —susurró Sienna—. No fue tu culpa, solo me perdí en mis pensamientos.
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La Hija de Snape
Fanfiction-¿Acaso tengo cara de haber pedido ser tu hija? -rugió Sienna-. Si vas a reclamarle a alguien asegúrate de que sea a mi madre... -Cambie ese lenguaje, señorita Snape -interrumpió Snape, aunque se veía dolido por la actitud de su hija -, le recuerdo...