La Tercera Prueba

7.6K 686 454
                                    

Por fin he actualizado. Aún tengo un chingomadral de tareas pero ahora me inspiré.

No se preocupen por Cedric.

*****

Después de media hora, Sienna y Snape llegaron al campo de quidditch, que estaba totalmente irreconocible. Un seto de seis metros de altura lo bordeaba. Había un hueco justo delante de ellos: era la entrada al enorme laberinto. El camino que había dentro parecía oscuro y terrorífico.

Cinco minutos después empezaron a ocuparse las tribunas. El aire se llenó de voces excitadas y del ruido de pisadas de cientos de alumnos que se
dirigían a sus sitios. El cielo era de un azul intenso pero claro, y empezaban a aparecer las primeras estrellas. Hagrid, el profesor Moody, la profesora McGonagall y el profesor Flitwick llegaron al estadio y se aproximaron a Bagman y los campeones. Llevaban en el sombrero estrellas luminosas, grandes y rojas. Todos menos Hagrid, que las llevaba en la espalda de su chaleco de piel de topo.

Sienna se despidió de su padre y rápidamente buscó a Cedric para darle sus buenos deseos, lo encontró cuando este estaba con sus padres, espero un rato para poder llegar a él. Cuando sus padres se fueron a las tribunas, Sienna se estaba acercando a Cedric, pero Cho le chocó el hombro y la miró con desagrado.

—¿Quién eres tú y por qué te acercas a mi novio?

—Es mi amigo —respondio en voz baja.

—Buscalo cuando sea el campeón —dijo Cho haciéndole una seña para que se fuera.

—¡Sienna! ¡Cho! ¿Qué hacen aquí?

—Vine a desearte suerte —sonrió Sienna ignorando la mirada fulminante de Cho—. Bueno, me voy, tu novia parece querer hablar contigo.

Se fue de ahí pensando el lo posesiva que era Cho. No comprendía que era lo que Harry veía en ella. Al llegar a las tribunas, se sentó junto a un grupo de pelirrojos que supuso que sería la familia de Ron Weasley. No mucho tiempo después la voz de Ludo Bagman retumbó en las tribunas.

—¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! —Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro. En otra parte de las tribunas un hombre parecido a Cedric, pero mucha s veces más feo, se veía muy disgustado por la mención del nombre de Harry—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!

Sienna aplaudió muy fuerte a los de Hogwarts. Étienne no se había sentado con ella como le hubiera gustado, porque además de que Snape lo amenazó, sus compañeros lo arrastraron con ellos a donde estaban los de Beauxbatons ya que no querían que en plena final fraternizara con el enemigo.

—¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! —dijo
Bagman—. Tres... dos... uno...

Dio un fuerte pitido, y Harry y Cedric penetraron rápidamente en el
laberinto.

Unos minutos después entraron Viktor y por último Fleur. Sienna se sentó en las tribunas para esperar a que llegara el campeón.

—¿Quién apuestas que gane? —le preguntó un pelirrojo guapo, tan alto como Ron, le dirigía una sonrisa amable a Sienna y ella decidió no ignorar su pregunta.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora