De Regreso a la Normalidad

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Neville y Snape eran los más afectados por el ataque a Sienna. Ninguno de los dos podían dejar de pensar que había hecho Sienna para merecer aquello. Sienna no se metía en problemas con nadie.

Se suponía que el heredero solo se atacaba a los de sangre Muggle, pero Sienna era mestiza, el 75% de su sangre era mágica y el resto era Muggle, por parte de Snape.

Draco, quien se enteró por su padre que Sienna es la hija de su padrino, comenzó a tener miedo de verdad, atacaron a la hija del jefe de la casa de las serpientes quien tenía más sangre mágica que Muggle. Prometió que guardaría el secreto hasta que fuera hora de que el resto lo supiera.

Neville estaba muy triste y cada tanto esperaba que Sienna apareciera por ahí y lo abrazara para decirle que todo estaba bien.

A Snape no le gustaba, pero agradecía que Longbottom cada tanto visitara a su hija en la enfermería pese a las protestas de Pomfrey.

*****

Rebecca estaba destrozada, en su trabajo le dieron una semana de descanso por el incidente e Isak se quedaba todas las noches durmiendo con su hermana para tranquilizarla cuando se despertaba gritando el nombre de su hija.

—Ella estará bien. Su padre está ahí velando por ella —la tranquilizó Isak aunque la verdad era que él también estaba muy preocupado. Rebecca estaba llorosa.

*****

En la clase de pociones con unos chicos de quinto, Snape estaba esperando a que la campana sonara para sacar a los muchachos de su aula.

Pero la campana que señalaba el comienzo del recreo no sonó. En su lugar se oyó la voz de la profesora McGonagall, amplificada por medios mágicos.

—Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala de profesores. Les ruego que se den prisa.

Snape les dió salida a los alumnos y los llevo a la entrada de su sala común. Luego salió casi corriendo por los pasillos vacíos hasta que llegó a la sala de profesores.

La puerta de la sala de profesores se abrió de golpe. Algunos parecían desconcertados, otros claramente preocupados. Al final llegó la profesora McGonagall.

—Ha sucedido —dijo a la sala, que la escuchaba en silencio—. Una alumna ha sido raptada por el monstruo. Se la ha llevado a la cámara.

El profesor Flitwick dejó escapar un grito. La profesora Sprout se tapó la boca con las manos. Snape se cogió con fuerza al respaldo de una silla y preguntó:

—¿Está usted segura?

—El heredero de Slytherin —dijo la profesora McGonagall, que estaba pálida— ha dejado un nuevo mensaje, debajo del primero: «Sus huesos reposarán en la cámara por siempre.»

El profesor Flitwick derramó unas cuantas lágrimas.

—¿Quién ha sido? —preguntó la señora Hooch, que se había sentado en una silla porque las rodillas no la sostenían—. ¿Qué alumna?

—Ginny Weasley —dijo la profesora McGonagall.

Se hizo un silencio terrible en la sala.

—Tendremos que enviar a todos los estudiantes a casa mañana —dijo la profesora McGonagall—. Éste es el fin de Hogwarts. Dumbledore siempre dijo...

La puerta de la sala de profesores se abrió bruscamente, era Lockhart, y llegaba sonriendo.

—Lo lamento..., me quedé dormido... ¿Me he perdido algo importante?

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora