Dementores en el Campo

10.8K 1K 265
                                    

El tiempo empeoró conforme se acercaba el primer partido de quidditch. El equipo de Hufflepuff se enteró poco antes del partido que serían ellos quienes jugarían contra Gryffindor.

—Creí que ustedes jugarían con el equipo que perdiera —le dijo Sienna a Cedric mientras estaba en su sala común.

—Eso creí también. Soy el capitán y ahora tengo que planear la estrategia específica para jugar contra Gryffindor —dijo estresado—. Un movimiento específico para cada jugador del equipo contra el contrario.

—Lo harás bien.

El día anterior al partido, el viento se convirtió en un huracán y la lluvia cayó con más fuerza que nunca. Estaba tan oscuro dentro de los corredores y las aulas que se encendieron más antorchas y faroles.

—Malfoy no está herido —dijo Sienna enfadada—. ¿Por qué no admite que ya está bien?

—Él dice que sigue herido —repuso Snape—. ¿Por qué te empeñas en contradecirlo?

—Ayer me jaló el cabello con la mano supuestamente herida —se quejó Sienna—. ¿Eso no es suficiente prueba? Puedes hablar con el y obligarlo a jugar...

—Sienna, así no funciona —Severus acarició el cabello de Sienna—. Draco jugará, no ahora, pero tendrá que presentarse a jugar el próximo partido —Snape se levantó y se sentó junto a Sienna—. ¿Se te antoja un chocolate caliente? Llueve mucho y creo que viene bien en este clima.

—Está bien —aceptó Sienna.

El resto de la tarde estuvieron hablando y rellenando su taza de chocolate. Al final ambos se quedaron dormidos en el sofá.

Al siguiente día Sienna iba a su clase de DCAO. Entró al aula vacía de alumnos y se encontró con Snape.

—¿Papá?

—Hola, querida. No es lo que crees, no he envenenado a Lupin —aclaró rápidamente al ver a Sienna abrir los ojos como platos pensando lo peor, pero Snape no la culpaba, ella sabía que su padre no era muy santo—, está enfermo y no pudo dar clases.

—Está bien.

Tomó asiento mientras el resto de la clase entraba. Todos se asustaron al ver a Snape.

—No muerdo y cinco puntos menos al que lo crea —dijo—... Y diez puntos menos al que llega tarde —añadió mientras el resto de la clase entraba y se sorprendían por la presencia de Snape.

Cuando la clase completa ya estaba en el aula, Snape recorrió el salón con la mirada y les explicó la indisposición de Lupin.

—¿Así que el profesor Lupin no ha dejado ninguna información acerca de los temas que han estudiado hasta ahora?

Hannah alzó la mano con nerviosismo y Snape le dió la palabras

—Hemos estudiado los boggarts, los gorros rojos, los kappas y los grindylows...

—Bien, algo es algo —susurró Snape, Sienna lo escuchó y alzó la ceja—. Abran la página 394...

—Pero...

—¿Alguna objeción, señorita Peterson?

—Falta mucho para llegar a eso —dijo—. Deberíamos estudiar a los hink...

—Pues sí —la interrumpió y Sienna puso cara de berrinche—. Pero no está mal que vayan un poco más adelante y comprendan a las criaturas más peligrosas y más difíciles de comprender y de defenderse.

—Por supuesto.

—Bien, a leer. Habrá cuestionario oral al final de la clase, así que lean bien y si es posible, apréndanse hasta los puntos.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora