Primer día

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Al día siguiente Sienna de despertó antes que Snape y al no tener ganas de levantarse, se volvió a acostar con la cabeza sobre el pecho se Snape.

—Ya amaneció —susurró Severus acariciando el cabello de Sienna—. A levantarse.

Sienna se levantó y vio a Henriette a sus pies.

—¡Henriette! Yo...

—Le di de cenar antes de dormir —le dijo Snape—. Tú ya estabas muy cansada.

—Oh, gracias —Sienna se restregó los ojos y vió su uniforme en una silla—. Oh, mi uniforme. ¿Cómo llegó...?

—Ya no hay tiempo para que vayas por el uniforme —le dijo Snape—. En unos minutos inicia el desayuno y...

Le entregó a Sienna los horarios de tercero.

—Tu primer clase es conmigo —le dijo Snape—. No espero nada más que puntualidad, señorita Peterson —Snape sonrió.

—Bien —Sienna le devolvió la sonrisa.

Snape le dijo a Sienna que tenía ganas de trenzar su cabello y ella aceptó.

—¿Prácticas las trenzas en tí? —le preguntó Sienna.

—Por supuesto que no —Snape negó energéticamente con la cabeza—. Las practico en ti cuando te duermes en el sillón de la sala.

—Vaya, vaya. Eso explica las trenzas misteriosas —dijo mientras Snape trenzaba su cabello—... Le dije a Neville que eres mi papá —susurró Sienna.

—¿Que hiciste qué cosa?

—Solo le dije que eres mi papá —dijo y al sentir que Snape diría algo, añadió—. También le pedí que no dijera nada.

—Bien. Ya está, espero que no se deshaga —Severus miró satisfecho su trabajo en el cabello de su hija—. Creo que soy bueno en todo lo que hago —y acarició el cabello de Sienna refiriéndose mas a ella que a su cabello.

—Por supuesto. Bueno, gracias —Sienna se incorporó—. Voy a desayunar, muero de hambre. Ven, Henriette —la gata se levantó después de ver a Snape trenzar el cabello de su dueña—. Hasta luego, papá.

—Hasta luego. La quiero puntual en el aula, señorita Peterson —se despidió Snape.

Sienna sonrió y salió, fue a su habitación en la casa de Hufflepuff y le dió su desayuno a Henriette.

—Nos vemos en el almuerzo —se despidió Sienna de su gata

En el gran comedor, sienna vió a Malfoy contarles a los de Slyterin una historia que pretendía ser divertida que a ella no le hacía gracia, ya que a diferencia de Harry, ella casi se desangra por culpa de los dementores. Luego Sienna vio a Harry entrar y Malfoy hizo que se desmayaba.

—¡Eh, Potter! —gritó Pansy Parkinson, una chica de Slytherin que tenía la cara como un dogo—. ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh!

Sienna odiaba mucho a esa chica. Una vez se la encontró en un pasillo de las mazmorras después de ser despetrificada y esta trató de hechizarla sin razón. Pero antes de que sienna tratara de defenderse, Snape apareció de la nada y le quitó 15 puntos a Pansy y se llevó a Sienna a su despacho y le enseñó el hechizo Protego, dominó el hechizo después de casi dos meses de practica.

—Eres mas fuerte de los que pareces —le había dicho Snape orgulloso.

Cuando terminó de desayunar, se fue derecho al aula de pociones, donde al entrar, Snape sonrió, y Sienna se sentó frente a él.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora