¡Hoy es cumpleaños de mi mejor amigo! 😄
Durante las clases de Herbología, la profesora Sprout interrumpió la clase poco antes de que terminara ya que tuvo que dar un anuncio que a Sienna no le entusiasmó mucho.
—Se acerca el baile de Navidad —dijo en primer lugar y Sienna frunció los labios mientras sus compañeras suspiraban ilusionada y los chicos murmuraban emocionados—: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...
Los chicos fueron quienes murmuraron más entusiasmados y nombraron a algunas chicas.
—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora Sprout—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora Sprout recorrió la clase muy despacio con la mirada, una mirada poco habitual en ella puesto que se le conocía por ser la más cálida de las profesoras—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación—. Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora Sprout antes de que la interrumpieran— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Hufflepuff deja en mal lugar al colegio.
Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro.
*****
Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad, aunque Sienna no daba crédito ni a la mitad de ellos. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias. Parecía ser verdad, sin embargo, lo de que había contratado a Las Brujas de Macbeth. Sienna no sabía quiénes eran exactamente porque nunca había tenido una radio mágica ya que a su madre le parecían una perdida de tiempo; pero, viendo el entusiasmo de los que habían crecido escuchando la CM (los Cuarenta Magistrales), suponía que debían de ser un grupo musical muy famoso.
Algunos profesores, como el pequeño Flitwick, desistieron de intentar enseñarles gran cosa al ver que sus mentes estaban tan claramente situadas en otro lugar.
—¿Viste el hechizo convocador de Potter en la primera prueba? —le preguntó a Sienna—. Tu padre hizo bien en enseñártelo durante los ratos libres, es un hechizo que requiere de bastante concentración y en las clases con el tiempo contado es muy difícil.
Sienna asintió de acuerdo y sintió la mirada de Hannah en su espalda.
—¿Crees que puedas ayudarme con. Hechizo convocador? —le preguntó Hannah—. ¿O tu padre? Aunque me da un poco de miedo pedírselo ha que posiblemente me diga que él no es profesor de encantamientos...
—Puedo pedírselo... Solo no te sorprendas si lo ves sonreír...
—¡¿El profesor Snape sonríe?!
Sienna rió por lo sorprendida que se veía Hannah al respecto.
—Todos sonrien en algún momento.
Otros profesores no fueron tan generosos. Nada apartaría al profesor Binns, por ejemplo, de avanzar pesadamente a través de sus apuntes sobre las revueltas de los duendes. Dado que Binns no había permitido que su propia muerte alterara el programa, todos supusieron que una tontería como la Navidad no lo iba a distraer lo más mínimo. Era sorprendente cómo podía conseguir que incluso unos altercados sangrientos y fieros como las revueltas de los duendes sonaran igual de aburridos que el informe de Percy sobre los culos de los calderos. También McGonagall y Moody los hicieron trabajar hasta el último segundo de clase, y Snape antes hubiera adoptado a Harry Potter que dejarlos jugar durante una lección. Con una mirada muy desagradable les informó de que dedicaría la última clase del trimestre a un examen sobre antídotos.
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La Hija de Snape
Fanfiction-¿Acaso tengo cara de haber pedido ser tu hija? -rugió Sienna-. Si vas a reclamarle a alguien asegúrate de que sea a mi madre... -Cambie ese lenguaje, señorita Snape -interrumpió Snape, aunque se veía dolido por la actitud de su hija -, le recuerdo...