La Hija de Snape

Navidad

Sienna le comunicó a su madre el deseo de quedarse en Hogwarts esa navidad. Le había pedido a los gemelos múltiples cosas se Hogsmeade cuando los dejaban ir o simplemente escapaban.

Sienna se enteró por casualidad que los gemelos sabían escapar del colegio, así que aprovechó y les entregó galeones para que le compraran cosas y les dijo que se quedaran con el cambio, que fueron unos 25 galeones.

—Deberíamos hacer más negocios con esta chica —le susurró Fred a George cuando contaron el dinero sobrante y vieron la generosa suma de 25 galeones.

Acordaron reunirse en las cocinas para la entrega.

—Su pedido, señorita Peterson —dijo George cordialmente entregándole la bolsa con los papeles para envolver a Sienna.

Ella pidió las cosas para regalar de modo que los gemelos no supieran cuál sería el suyo a la hora de comprarlo, algo inteligente de su parte en opinión de los gemelos.

—Muchas gracias, señores Weasley ¿El cambio estuvo bien?

—Bastante bien, diría yo —respondió Fred sonriendo —. ¿Tienes idea del dinero que soltaste?

—Bueno, no quería saber que faltó dinero y que pagaron con el suyo —les explicó—. Por qué si les preguntaba me dirían que no, y si lo averiguaba y les decía, no aceptarían el dinero.

—Buen punto

—Como suele decir mamá. Más vale que sobre a que falte.

—No hay que decirle eso a la nuestra —le susurró Fred a George—. Lo usará en nuestra contra.

Sienna rió. En verdad quería conocer a la madre de esos pelirrojos.

—Sí. Juremos que no se nos escapará por accidente.

—¿Como es su mamá? —les preguntó Sienna.

—Agradable, sobreprotectora, regañona...

—Pero eso no tiene sentido porque el único que se porta mal es Percy —añafió contrariado Fred.

—Le encanta tejer Jerseys.

—¡Cool!

—Aunque he de admitir que los colores no son lo suyo —le susurró George.

°°°°°

El día de navidad (después de poner su nombre en la lista de los que se quedarían), Sienna salió de la sala común de Hufflepuff al Gran Comedor para entregarles sus regalos a los gemelos Weasley.

Primero decidió ir a la pajarera para enviarle un regalo a su madre y a Neville. Después salió y regresó al castillo.

Cuando iba al gran comedor cargada de regalos, se topó con Harry y Ron.

—¡Harry! —exclamó contenta de verlo—. ¡Feliz Navidad!¿La has pasado bien?

—Gracias. Igual a ti —respondió. Se veía feliz—. Sí, la he pasado bien. Recibí regalos —añadió con sus ojos verdes llenos de alegría. A Sienna le dió alegría y tristeza su reacción al recibir regalos.

—¡Qué bien! Mira, y aquí tienes un regalo más

Le tendió una cajita con un moño con el mismo color de sus ojos.

—¡Pero...! No te hubieras molestado, digo...

—No te preocupes, no fue nada. Es lo menos que puedo hacer por tí desde que me salvaste de un problema seguro con Hooch —le dijo recordando aquella vez que rompió una escoba y que de no haber sido por Harry, que dijo que ya estaba partida de una parte y que Sienna no se fijó en ello al usarla hasta que se separó en dos partes, Hooch la hubiera castigado a ella.