Portada de zascandil ❤️❤️❤️
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El domingo después de desayunar, Sienna bajó a las cocinas para tomar algo más de comida. Aún estaba molesta con Hannah, y Susan, por no saber de qué lado ponerse, apoyó a Hannah.
Los elfos domésticos le dispensaron una cálida acogida, haciendo reverencias y apresurándose a prepararle un té y sus habituales sandwiches de queso. Luego llegaron Harry y sus dos fieles amigos y Sienna pensó en retirarse, pero aún tenía una bandeja de sandwiches de queso por terminarse.
Sienna estaba sentada algo retirada de la entrada, pero aún con el sonido de los utensilios de cocina, cualquier voz o ruido era bastante fuerte, entonces Sienna terminó escuchando todo.
—¡Harry Potter es demasiado bueno con Dobby! —chilló, secándose las
lágrimas de sus enormes ojos.—Me salvaste la vida con esas branquialgas, Dobby, de verdad —dijo Harry.
—¿No hay más pastelitos de nata y chocolate? —preguntó Ron, paseando la vista por los elfos domésticos, que no paraban de sonreír ni de hacer reverencias. Sienna pensó que Ron la entendía, podría llevarlo ante su padre para explicarle que habían más personas con agujeros negros en el estómago como ella.
—¡Acabas de desayunar! —dijo Hermione enfadada, pero entre cuatro elfos ya le habían llevado una enorme bandeja de plata llena de pastelitos.
—Deberíamos pedir algo de comida para mandarle a Hocicos —murmuró Harry.
—Buena idea —dijo Ron—. Hay que darle a Pig un poco de trabajo. ¿No
podrían proporcionarnos algo de comida? —preguntó a los elfos que había alrededor, y ellos se inclinaron encantados y se apresuraron a llevarles más.—¿Dónde está Winky, Dobby? —quiso saber Hermione, que había estado
buscándola con la mirada.—Winky está junto al fuego, señorita —repuso Dobby en voz baja, abatiendo un poco las orejas.
—¡Dios mío!
Sienna también miró hacia la chimenea. Winky estaba sentada en el mismo taburete que la última vez que Sienna la había visto, realmente no conocía su historia, se hallaba tan sucia que se confundía con los ladrillos ennegrecidos por el humo que tenía detrás. La ropa que llevaba puesta estaba andrajosa y sin lavar. Sostenía en las manos una botella de cerveza de mantequilla y se balanceaba ligeramente sobre el taburete, contemplando el fuego. Mientras la miraban, hipó muy fuerte.
—Winky se toma ahora seis botellas al día —le susurró Dobby a Harry.
—Bueno, no es una bebida muy fuerte —comentó Harry.
Pero Dobby negó con la cabeza. Y Sienna lo entendió, una vez los elfos le explicaron que las cervezas de mantequilla eran muy fuertes para los elfos, y tenía sentido, pues los cuerpos de los elfos funcionaban diferente al de los magos y las brujas.
—Para una elfina doméstica sí que lo es, señor —repuso.
Ella volvió a hipar. Los elfos que les habían llevado los pastelitos le
dirigieron miradas reprobatorias mientras volvían al trabajo.—Winky está triste, Harry Potter —dijo Dobby apenado—. Quiere volver a su casa. Piensa que el señor Crouch sigue siendo su amo, señor, y nada de lo que Dobby le diga conseguirá persuadirla de que ahora su amo es Dumbledore.
—Eh, Winky —la llamó Harry, yendo hacia ella e inclinándose para hablarle—, ¿tienes alguna idea de lo que le pasa al señor Crouch? Porque ha dejado de asistir al Torneo de los tres magos.
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La Hija de Snape
Fanfiction-¿Acaso tengo cara de haber pedido ser tu hija? -rugió Sienna-. Si vas a reclamarle a alguien asegúrate de que sea a mi madre... -Cambie ese lenguaje, señorita Snape -interrumpió Snape, aunque se veía dolido por la actitud de su hija -, le recuerdo...