Problemas Con La Profesora Umbridge

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Perdonen la imperdonable tardanza. Ya hice el examen de admisión a la universidad así que ahora tengo tiempo para escribir.

Mi intención era publicar más capítulos de una sola vez, pero me confundí con la línea de tiempo en el capítulo después de este y ahora tengo que reescribir para que estén cronológicamente correctos. Espero no volver a tardar demasiado.

Siéntanse libres de darme mi regañiza, me la merezco :')

* * * * *

Padre e hija entraron al despacho de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras con el mismo gesto facial: repulsión. Repulsión por el horrible color rosa que la profesora había elegido para decorar el despacho que siendo ocupado por el profesor Lupin se veía maravilloso y acorde a lo que iba a hacer al colegio.

—Tomen asiento —la profesora señaló las dos sillas que estaban frente al escritorio. Snape se sentó casi elegante pero con flojera y Sienna se dejó caer, causando un gran estruendo cuando la silla crujió—. ¿Sabemos todos cuál es el motivo que nos tiene aquí?

—No nos hable como si fuéramos niños, profesora —respondió Snape—.  La única persona joven aquí es Sienna, quien por cierto ya cursa su quinto grado. No es necesario que nos hable como a unos niños.

La profesora se quedó algo confundida con la respuesta de Snape. Pero rápidamente recuperó su sonrisa boba y se apresuró a responder.

—Claro. Disculpe profesor, no sé repetirá —dijo con fingida sinceridad—. Bien. Quero exponerle mi queja ante la falta de respeto que recibí de su alumna e hija...

—Hablando de falta de respeto —interrumpió Snape con tono malicioso—. ¿Podría recordarme el motivo por el que mi hija la había insultado?

La profesora Umbridge abrió la boca algo asombrada y luego la cerró, claramente no se esperaba la interrupción de Snape. Pero antes de quedarse muda improvisó una respuesta que no convenció ni a los gatos de la pared.

—Solo me preocupaba por las dificultades que tenía el profesor para impartir sus clases dada su corta estatura —respondió.

—Dificultad que supo resolver sin complicarse ni a sí mismo ni a la clase. Dígame ¿Y esa necesario añadir a la preocupación el origen del profesor? —siguió Snape.

—Aún si no lo decía los alumnos lo sabían —se defendió.

—¿Y si lo sabían cuál era la necesidad de sacarlo a relucir? —insistió con una pequeña sonrisa malvada recostandose cómodamente en la silla.

La profesora se puso colorada por la humillación y rápidamente volvió al tema por el que los había citado.

—Estamos hablando del insulto de su hija —dijo rápidamente.

—Que tuvo una origen igual de grosero —dijo Snape dispuesto a hacer polvo a la profesora—. Ya reprenderé a mi hija por lo que dijo. Pero no permitiré que la castigue si usted fue aún más grosera. El profesor Flitwick está donde está por su competencia e inteligencia, independientemente de su origen que no le impidió nada, no porque el ministro lo plantara ahí con una finalidad distinta a la enseñanza—dijo Snape incorporándose y alzando la nariz para mirar a la profesora que había palidecido como si se tratase de algo menor—. Con permiso. Sienna, vamos, aún tienes tarea por hacer y hablaremos sobre esto —dijo el profesor saliendo de ahí con Sienna delante de él y cerrando la puerta tras de sí de un portazo.

Caminaron en silencio de regreso al despacho y al entrar de encontraron a Lyra profundamente dormida.

—Es obvio que olvidó que no la quiero en mi cama.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora