El Partido y Discusiones

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Mil perdones por haberme tardado un año, no era mi intención, se los juro.
Pero ya regresé, intentaré actualizar más seguido con eso de que ya se acabó el semestre y ando inspirada. También voy a intentar hacer los caps mucho más largos.

Honestamente me encantó como quedó el capítulo, ojalá les guste tanto como a mi :)

* * * * *

Sienna se había acercado a su padre para pedirle que se apiadara de las otras casas y los dejase entrenar el mismo día que se lo prometió a Harry. Pero la respuesta de Snape fue un rotundo no.

—Pueden practicar en sus salas comunes —dijo.

—¡Papá!

—Sienna —respondió Snape tranquilamente, como si hubiera sugerido poner flores en su escritorio.

—Por favor...

—No.

—Pero no puedes solo adueñar...

—He dicho que no. Pueden improvisar algo sobre el lago. O en el patio del castillo...

—Papá...

—Ríndete.

—Seré niñera de mis hermanitos sin helado todo el verano.

Snape miró a Sienna sorprendido y luego su semblante cambió, entonces ella supo que no comería helado el siguiente verano. Suspiró derrotada.

—Bien. Les avisaré a los jugadores de Slytherin que tendrán un par de días de descanso a la semana... Para evitar lesiones.

—¡Gracias Papá! —exclamó Sienna lanzándose a su padre y Snape le dio palmaditas en la espalda con un suspiro resignado.

—Por primera vez en mi vida diré esta frase: Lo que uno hace por amor —se quejó de mal humor, Sienna sabía lo mucho que le cabreaba a su padre perder algo ante alguien más. Pero ella estaba tan contenta que le tapizó la cara de besos a su padre, no era la primera vez que lo hacía, solía hacerlo cada que quería que la expresión facial de su padre se ablandara hasta el punto de mostrarle una sonrisa sincera.

—Muchas gracias, papa ¡Te adoro!

—Sí, sí. Yo también —gruñó, pero Sienna sabía que estaba encantado—. Anda, ve y dile a Potter que pueden usar el campo antes de que me arrepienta y cambie de opinión.

Harry casi le besó los pies a Sienna cuando le dio la noticia, la abrazó con fuerza y le gritó mil gracias mientras corría por el pasillo de regreso a la torre de Gryffindor.

* * * * *

Octubre se extinguió en una ráfaga de aire y lluvias torrenciales y Noviembre llegó, frío como acero congelado, con fuertes heladas cada mañana y corrientes de aire gélido que calaban en las manos y cara. El cielo y el techo del Gran Comedor se tornaron de un pálido gris perlado; las montañas alrededor de Hogwarts estaban nevadas y la temperatura dentro del castillo descendió tanto que muchos estudiantes llevaban puestos sus gruesos guantes protectores de piel de dragón en los corredores entre clases.

Durante las prácticas en clase de pociones, Snape le había comprado a Sienna guantes de salamandra nuevos.

—No los pierdas.

Snape probablemente no la dejaría olvidar que Sienna se quemó en la práctica anterior por no llevar los guantes. Al final Sienna confesó que los había perdido y Snape le dio un sermón sobre cuidar las pertenencias. Snape estaba de mal humor porque el capitán del equipo de Quidditch se quejó sobre el tiempo inexplicablemente reducido de prácticas que habían tenido, y que Sienna se haya quemado por perder sus guantes anteriores sólo empeoró su humor.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora