Ataque en la Entrada de Gryffindor

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Sienna y Neville regresaron al castillo contentos y Neville se veía de verdad feliz por alguna razón.

—Nos vemos en la cena —le dijo Sienna a Neville, éste sonrió ampliamente mientras la multitud de Gryffindor se lo llevaba.

A punto de llegar a su sala común, Sienna fue interceptada por Draco Malfoy.

—Espera, sangre sucia —le llamó y luego se acercó a su oído—. Solo quiero que sepas que sé que eres hija del profesor Snape... Solo por eso eres su favorita...

—Sienna —ambos se voltearon al escuchar la voz de Snape—. Te estaba buscando... Y Draco, ¿Cómo estuvo el viaje en Hogsmeade?

—Pues aceptable, ya había ido muchas veces —presumió al notar la mirada de Sienna—, pero ir solo no estuvo tan mal como lo imaginé.

—Me alegra —dijo aunque no sonrió—, si me lo permites, necesito hablar con Sienna.

—Por supuesto, Buenas noches... Buenas noches, san —Snape lo miró fijamente—... Sienna.

Snape lo siguió con la mirada hasta que Draco desapareció.

—Vamos a mi despacho.

Tomó la mano de Sienna y la guió por el pasillo vacío hasta que entraron al despacho.

—Ahora... ¿Cuántos dulces comiste?

Sienna no se esperaba esa pregunta, pero sonrió ampliamente y le contó todo lo que vió y compró.

—Te traje dulces... Sé que no comprarías si ibas, así que yo te traje.

Sienna abrió su bolsa y antes de que Snape dijera algo, Sienna le metió una golosina agridulce a la boca. Lo miró expectante.

—Interesante sabor, —Snape hizo algunos gestos involuntarios que hicieron reír a Sienna—. Vaya dulce.

—Es delicioso —Sienna se metió tres dulces a la boca bajo la mirada sorprendida de Snape.

—Creo que comerás helado dos veces a la semana...

—Pero...

—Te estás llenando de dulces...

—Pero es Halloween...

—Eso no justifica la cantidad de dulces que comes.

—¡Oh, vamos! Ni que fuera a morir solo por comer algunos dulces —protestó Sienna.

—Mejor vayamos a cenar —propuso Snape viendo su reloj—. Se nos va a hacer tarde.

—Bien —suspiró Sienna.

Ambos salieron del despacho y fueron de los primeros en llegar al Gran Comedor. Y se fueron a sus respectivas mesas.

Lo habían decorado con cientos de
calabazas con velas dentro, una bandada de murciélagos vivos que revoloteaban y muchas serpentinas de color naranja brillante que caían del techo como culebras de río.

La comida fue deliciosa. Sienna, que estaba que reventaba de los dulces que había comido en Honeydukes, repitió unas tres veces. El profesor Lupin hablaba animadamente con el pequeñísimo profesor Flitwick, que impartía Encantamientos.

Snape miraba a Lupin, pero Sienna no se sorprendió, ella sabía que su padre no quería mucho a Lupin debido a las diferencias que tuvieron en sus años de colegio.

El banquete terminó con una actuación de los fantasmas de Hogwarts. Saltaron de los muros y de las mesas para llevar a cabo un pequeño vuelo en formación. Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor; cosechó un gran éxito con una representación de su propia desastrosa decapitación.

La Hija de Snape  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora