La Hija de Snape

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Cuando iniciaron las vacaciones, Rebecca le informó a Sienna que pasaría una semana con ella y otra con su padre. Sienna había perdonado a su madre por esconderle el secreto de que Snape era su padre la semana después de regresar a casa porque Severus e Isak la convencieron.

Snape le contó a Rebecca el incidente con Lockhart y Sienna y la mujer se levantó dispuesta a asesinar buscar y asesinar a ese hombre, pero luego Rebecca se enteró lo que había pasado con Lockhart y fingió sentir pena por él, aunque no engañó a nadie, pues unos segundos después estaba partiéndose de risa.

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Isak se pasó todas las vacaciones discutiendo con Henriette, porque la gata siempre se acostaba encima de su varita y el hombre temía que la gata jugará con ella y la rompiera.

—Es la más rara que he visto —dijo—. ¿Y porqué en mi varita?¿Tengo otras cosas más interesantes, sabes?

Henriette no se movió de dónde estaba, e Isak se pasó las manos por el cabello desesperado.

—Henriette, necesito ir a trabajar... ¿Podrías POR FAVOR devolverme mi varita?

La gata a regañadientes se bajó de la cama de Isak y regresó al cuarto de Sienna.

—Si fuera tu padre te habría castigado. Mis respetos para Sienna que te soporta —le dijo el tío de Sienna antes de desaparecer por la red flu.

*****

—Harry ha escapado de su casa —le dijo Sienna a Snape mostrándole el periódico—. Tiene más libertad de salir que yo...

—¿Pretendes escapar de casa? —inquirió Severus alarmado—. ¿Te hemos dado motivos para...?

—¡No! Me refiero a salir. Mamá no me deja salir a ningún lado sola y tú tampoco.

—¿Y a dónde quieres ir? Te conocemos y sabemos que eres capaz de gastar miles y millones de galeones en la heladería...

—Quiero visitar a Neville —le dijo Sienna—...

—¡Pero si lo ves todo el año! —protestó Snape—. ¿Para que verlo en vacaciones?

—¿Cómo te pondrías si no me vieras en todo el verano a pesar de verme en Hogwarts casi todo el año? —contraatacó Sienna—. Es lo mismo...

—Pero no es igual —repuso Snape.

Luego Snape decidió que iría al callejón Diagon a comprar ingredientes para pociones y por seguridad y diversión, se llevó a Sienna con él.

—¿Podemos ir por un helado? —le preguntó Sienna a Snape cuando iban caminando por el callejón Diagon a la droguería—. ¿Cuál es tu sabor favorito?

—No tengo sabor favorito. Me como el que caiga —dijo—. Y el dulce empalaga más de lo que me gustaría.

—¿Has probado el de bombón explosivo?¿O el del caramelo que se pega a los dientes? Oh, también tienen de fresas babosas —Snape la miró raro—. Sé que el nombre no es muy atractivo, pero es muy delicioso...

—Creo que tu madre te alimenta demasiado —observó Snape.

Sienna sonrió. Y Snape cambió de dirección rumbo a la heladería justo cuando estaban por llegar a la droguería.