El rey Min Yoongi [YM][#2][✓]

13

Yoongi miraba a los sacerdotes y a su consejero los cuales le presentaban a una hermosa mujer la cual estaba de rodillas frente a él, suspiro cansado escuchando lo mismo una y otra vez.

—Retírate. —le dijo a la chica.

—Majestad. —dijo la chica para abandonar el lugar.

—Majestad. —habló uno de los sacerdotes. —es preocupante que esté sin consorte a su edad.

—Ella era perfecta para el trono. —dijo su consejero.

—No la necesito. —se levantó. —yo ya elegí a la persona con la que me voy a casar.

—Entonces es momento de anunciar su unión. —habló otro hombre.

—Aún no. —los vio. —es solo que esa persona y yo estamos viendo los preparativos por nuestra cuenta.

Los hombres no dijeron nada solo asintieron para retirarse, Yoongi suspiró para salir de la sala del trono y buscar a su mano derecha. Por otra parte Jimin estaba por el río sentado viendo su reflejo, no quería creer las palabras del tío del rey, pero temía que fuera cierto todo eso.

—Confía en el rey. —susurro Jimin.

Un hombre de negro le estaba apuntando con una espada al pelinegro el cual seguía viendo su reflejo, cuando el hombre lo iba a atacar el doncel se giró rápido desviando el golpe que iba a recibir. El hombre volvió a atacar al doncel el cual se defendía, Jimin le dio una patada al hombre quitándole la espada y apuntándole. El hombre sacó un cuchillo y volvió a atacar, el pelinegro se movía rápido y sabía manejar muy bien la espada, pues cuando tenía cinco años se iba al campo a ver a los soldados entrenar.

Cuando derribó al hombre le apuntó con la espada mientras su semblante era serio, definitivamente esto no era ninguna casualidad. Primero el tío de su "prometido" lo visitaba y le decía que él era solo un medio para mantenerse en el trono y ahora un hombre lo iba a asesinar.

—Supongo que no me dirás quién te envío. —dijo el pelinegro mientras le enterraba la espada en el pecho. —así que tendré que matarte.

Al ver el cuerpo sacó la espada y la tiró al suelo para ponerse a revisar el cadáver, él vio una insignia y la acarició con sus dedos. Él la dejó caer para abandonar el lugar e ir a su hogar, no le diría nada al rey, ese era un asunto que él solo iba a resolver después de todo era un asunto de hace tiempo.