El rey Min Yoongi [YM][#2][✓]

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El doncel miraba a lo lejos como las personas intentaban apagar el fuego, él sonrió con esas dos personas pensarían que era él y su esposo… Esposo, odiaba esa palabra que salía de su boca, él se fue de ahí para dirigirse a unas cabañas abandonadas donde haría su nuevo hogar.

[…]

Las personas intentaban apagar el fuego, pero era imposible, el fuego consumía muy rápido la choza, por lo cual salvar a las personas de adentro era imposible. Un hombre a caballo vio esa escena y se fue del lugar para dirigirse al palacio e informar a un hombre, el cual se dirigió donde un rubio comía junto con su familia.

—¿Qué ocurre Lee? —preguntó el pelinegro llamando la atención de los presentes.

—El pueblo Yang está pasando por una tragedia majestad. —dijo el hombre.

—Es el pueblo más pobre. —habló la chica. —siempre está en desgracia.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Yoongi.

—Al parecer la casa del maestro que enseña se incendió. —dijo el sirviente. —el chico y su esposo murieron ahí.

—Es una pena. —hablo el pelinegro. —¿Yoongi no fue a ese maestro a quien le mandaste arreglar esa casa?

El rubio no dijo nada, prefirió seguir comiendo, la cena siguió con normalidad hasta que solo quedó el rubio junto con su madre y la chica. Los tres recorrían el jardín mientras que la chica iba al lado del rubio.

—Opino que su boda debe de ser en primavera. —habló la mujer.

—Para ello faltan dos semanas madre. —dijo el rubio.

—Es tiempo suficiente para organizar la boda. —sonrió la mujer.

El rubio asintió y siguió su caminar con ambas mujeres, mientras que ellos daban un paseo en una cabaña, en el bosque estaba un chico el cual afilaba una espada de detalles negros, con un dragón que estaba tatuado en la espada. El pelinegro llevó su mano a su vientre mientras lágrimas resbalaban por su rostro, él dejó la espada a un lado y se acostó en la cama para acariciar su vientre.

—Cariño. —hablo el pelinegro. —tu padre solo nos utilizó para su beneficio. —sintió en sus mejillas humedad por el llanto. —así que destruiré su reino y a él de igual forma.

El doncel se quedó en la cama acariciando su vientre hasta que cayó dormido, era una noche muy dolorosa para él y sabía que la iba a afrontar solo, como siempre lo había hecho. Como lo hizo en el pasado, así lo iba a hacer, después de todo, sangre real corría por sus venas o al menos en su vida pasada lo fue.