El rey Min Yoongi [YM][#2][✓]

24

Jimin de mala gana puso el plato de comida frente al rubio, este vio como el pelinegro salió fuera de la casa para sentarse y ver hacia el bosque. Él se levantó y se dirigió donde el chico y le tiró la comida, el pelinegro solo vio la comida y luego volvió a ver al bosque.

—Si piensa que le haré otra comida, está equivocado. —hablo el doncel. —además, usted quería posada, así que no espere nada de mí.

—Parece que me odias. —dijo el rubio.

—¿Odiarlo? —rio el pelinegro. —¿Cómo voy a odiar a alguien a quien no conozco, rey Min? —se levantó y lo vio. —simplemente, soy hostil con usted porque es engreído y cree que por tener poder puede mandar a quien se le plazca.

—Soy rico. —le dijo.

—Puede ser. —asintió Jimin. —pero está en un reino que no es suyo, es por ello que su palabra y poder no vale aquí.

—¿Cuál es tu nombre? —le pregunto el rubio.

—¿Para qué? —hablo el doncel. —¿Le pedirá mi mano al emperador?

—Así sabré que nombre poner en la tumba de la persona que osa desafiarme. —dijo serio el rubio.

El doncel sonrió y acarició sus trenzas mientras se acercaba al rubio y le susurraba al oído con una risa burlona.

—Mi nombre es Kim Soobin. —sonrió con maldad. —majestad.

El pelinegro se adentra a la casa y se dirige donde dormía para acostarse en la cama, llevo su mano a su vientre mientras escucho en la otra habitación al rey hablar con sus hombres. Jimin miró a la puerta la cual fue abierta ¿Ni en su propia casa tenía privacidad?

—¿Qué? —dijo de mala gana.

—El rey Min solicita su presencia. —habló un soldado.

—Dile a tu rey. —se sentó en su cama. —no soy un prostituto, si quiere coger que lo haga con uno de sus soldados.

El soldado se quedó en la puerta, el pelinegro se levantó tomando una daga sin ser visto por el soldado y se dirigió donde el rey. Al llegar se acercó y lo estrelló contra la pared mientras le ponía la daga en la entrepierna.

—Escúchame muy bien, rey Min Yoongi. —hablo el doncel. —no soy una puta y no lo seré nunca si otro soldado llega a mi habitación y me dice algo que tenga que ver con tener sexo contigo. —dijo mientras hacía presión con la daga. —le voy a cortar el pene, jamás me dejaré doblegar por un imbécil como lo es usted, esto es una advertencia.