El rey Min Yoongi [YM][#2][✓]

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Yoongi le había prometido a Jimin fingir ser también un pueblerino, si él acepta pasar un mes en el palacio, a Jimin le pareció gracioso ver al rey actuar así más por los trabajos pesados que sabía que su majestad no estaba acostumbrado a hacer.

—¿Estás seguro Yoonnie? —pregunto meloso Jimin. —sabes que no debes de hacer eso.

—Verás que si no será tan difícil. —le dio un corto beso.

—Bien, señor lo sé hacer todo. —se alejó Jimin. —tú y yo iremos al mercado a comprar unas cosas.

—Acepto el desafío. —lo atrajo más a él.

Jimin negó mientras se alejaba de Yoongi y le ponía el sombrero para ocultar su rubia cabellera, la pareja salió de ahí rumbo al mercado, Yoongi miraba a las personas las cuales compraban, también miraba a los niños jugar. Yoongi miraba a Jimin el cual saludaba a las personas, Jimin le dio su pequeño cesto a Yoongi, pues él se iba a encargar de llevar las compras.

—Maestro Park. —le dijo una mujer.

—Señora Kim. —sonrió Jimin mientras miraba las verduras. —¿Cómo le ha ido?

—Bien. —sonrió la mujer. —¿Y este joven que te acompaña nunca lo había visto?

—Él es Lee Yeonki es mi pareja. —contestó Jimin. —y si todo marcha bien nos casaremos.

—Oh cielo, muchas felicidades. —habló feliz la mujer. —me alegro mucho que hayas encontrado a alguien que te haga feliz.

Jimin sonrió y asintió luego de las compras y de regreso a la casa, Yoongi ya iba cansado, nunca pensó que cargar unas verduras era tan pesado. Jimin miró al pálido el cual se había detenido a descansar y la verdad ya había perdido la cuenta, el menor se acercó y tomó la bolsa y le dio un beso en la mejilla.

—Le dije que no iba a poder. —se alejó.

—Jimin son muchas cosas. —se acercó al pelinegro.

—Solo son seis papas, dos zanahorias, dos pesados y una bolsa de arroz. —suspiro. —no está hecho para mi mundo y sabe muy bien que yo en el suyo tampoco.

Yoongi se acercó y le dio un beso en la frente a Jimin, el menor tenía razón, él no estaba hecho para una vida de pueblo, pero haría su mayor esfuerzo para que Jimin viera que él es capaz de dejar sus lujos por él.

—Solo llevo un día aquí. —le quitó la cesta a Jimin. —además, esto me servirá de entrenamiento.

—Si lo sé. —sonrió Jimin. —hay otro tipo de entrenamiento que puede tener y yo lo puedo ayudar.