Llevaban comiendo alrededor de veinte minutos, minutos donde no hablaron ni se miraron, solo compartieron mesa.
Nam quería dar inicio a una conversación, pero había aprendido a conocer las actitudes de Kim Seok Jin y a lo que podía notar en ese momento: el joven no estaba abierto al diálogo, así que solo continuó comiendo.
El celular de Jin sonó y este lo contestó sin mirar quién era.
—Hola Kim Seok Jin, bonita tarde —dijo una voz dulce y picaresca del otro lado del celular.
—Park Jimin —rodó los ojos por lo fastidioso del tono que ya lograba identificar—. ¿Se te ofrece algo?
—Acabo de toparme a tu madre y me pidió de favor que te recordara reservar tu boleto para mañana en la noche.
—Cierto, el evento. —Golpeó ligeramente su frente con su mano. —Lo había olvidado.
—¿Quién lo tiene todo pendejito jefe? —Una risa burlona se formó en sus labios, una risa que pese a que Seok Jin no la mirara, pudo imaginarla.
—Cállate. —Colgó.
Se apresuró ha marcar inmediatamente cuando la llamada ya había quedado en el olvido, esperó unos minutos para escuchar del otro lado de la línea a un señor con una voz gruesa que delataba la posible edad que tenía.
—Aeorolinea tour golden, lo atiende el encargado de hacer sus negocios realidad.
—Buenas tardes. Quiero reservar un boleto para mañana a las once treinta de la noche... —esas palabras generaron un leve sobresalto en Nam, quien se había estado atiborrando de comida durante las charlas de su amigo, pero que sin poder evitarlo soltó los palillos al escuchar el día de reservación. Sus oídos adquirieron una defensa a prueba de ruido, no logró escuchar nada más o al menos hasta que... — sería de ida y vuelta, el regreso es dentro de un mes exactamente, claro, empezando a correr desde mañana. Perfecto, gracias.
Guardó su celular y volvió a introducir comida a su boca, todo lo contrario a Kim Nam Joon que estaba con la mandíbula tensa.
Realmente no quería darle importancia a algo que no la tenía, pero ¿por qué se sentía tan enojado?, ¿por qué tenía esas ganas inmensas de reclamarle? y ¿ese ardor en su estómago? De la nada salió corriendo al baño y empezó a vomitar un líquido amarillo sabor amargo.
—¿Estás bien? —preguntó Kim Seok Jin recargado en la puerta con los brazos cruzados.
—Supongo... —Enjuagó su boca con agua de la llave. — Supongo que comí muy rápido. —Caminó de regreso a la mesa, sin mirar por un solo instante al chico preocupado que había ido a auxiliarlo. Aún sentía esa pequeña molestia.
—Nam —dijo mientras caminaba detrás—, podríamos hacer una fiesta de despedida mañana. —Alzó los brazos emocionado.
—¿Una fiesta para celebrar que nos libraremos de Kim Seok Jin durante un mes? —Tocó su barbilla. — Suena coherente. —Su mirada forzada debió delatar su enojo por saber que se iría, pero una falsa sonrisa confundió a Seok Jin quien todavía no lograba identificar ciertas emociones dentro de las relaciones humanas. Lo tomó literal.
—Sí —sonrió tristemente. «Auch»—, se lo merecen por aguantarme tanto.
—Claro. —Evitaba a toda costa el contacto visual, sentía que en cualquier momento iba a estallar todo lo que tenía en su mente. — Aunque en vez de hacer una fiesta, podríamos hacer una reunión pequeña: Jimin, Suga, usted y yo. Podríamos hacerla aquí con su madre para que ella esté presente, si usted está de acuerdo.
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La musa secreta [NamJin]
FanfictionKim Seok Jin, hijo de un militar homófobico del cual sólo recibió golpizas por sus rasgos finos, su amor por el rosa y ademanes femeninos, tiene que hacerse cargo de una disquera que su familia maneja, mientras su padre vuelve al campo de batalla p...