Ser feliz

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Lo observó arreglándose el cabello y limpiando su rostro con toallitas húmedas.

—¿Estás bien?

—Sí, solo no he tenido un buen día, mucho estrés, trabajo... —guardó silencio porque sentía la voz a punto de quebrarse. Yoon Gi le sonrió para trasmitirle bienestar y sentía impotencia de no estar ahí.

—Me alegra que Haneul haya ido contigo, así no me preocupo de que estés solo en momentos estresantes.

—Haneul se fue hace unas horas —comentó moviendo las manos para que no se notara su temblor.

—¿No están compartiendo hotel? —preguntó sorprendido.

—No, me refiero a que volvió con su familia. Supongo que las cosas no funcionaron... —su voz iba disminuyendo un poco, sus ojos cristalizados solo se situaban de vez en cuando en la pantalla, pero los cubría con su copete que había peinado para en frente.

—Jin, no me gusta que estés solo, ¿hay alguien que pueda ir contigo? —Esperó la respuesta del chico, pero solo negó, aunque de pronto su rostro se encontró suplicante ante Suga.

—¿Y si vienes tú?, puedo reservarte el boleto ahorita mismo —recuperó un poco la emoción en su voz—. Sí, podemos visitar lugares, ir a comer, dormir, sé que te gusta dormir-r-r —su voz tembló un poco y pese a que aceleró de manera positiva el corazón de Min Yoon Gi, éste negó.

—No puedo Jin, las cosas podrían mal interpretarse...

—¿Quién podría mal interpretarlo?, además que importa, no es como que estemos haciendo algo ma... —Trató de calmarle con un solo nombre.

—Jimin.

El semblante de Seok Jin decayó y agachó la mirada al suelo, cubriéndose por completo el rostro con ayuda de su cabello rebelde.

—Cierto, no pensé en Jimin. S-s-supongo que sigo siendo un egoísta —sonrió aunque su amigo no pudiese verlo, era una pequeña sonrisa sarcástica, burlándose de él mismo—. No importa cuánto intente cambiar, sigo siendo el mismo, sigo mereciendo estar solo.

—No digas eso, tú... —pero antes de que pudiese terminar fue detenido por la voz intimidante de Kim Seok Jin, aquella voz que usaba al cerrarse al mundo que lo rodeaba.

—Dile a Rap Monsta que muchas felicidades por su noviazgo, An Mi Suk fue tan amable de avisar —pausó—, aún antes que mi supuesto amigo. Adiós, tengo trabajo. —No esperó a que se despidiera, solo colgó la videollamada.

Respiró profundamente y se metió a bañar con agua helada en pleno invierno, su cuerpo anestesiado solo sentía de manera superficial, deseó con todas las fuerzas que su corazón también, pero su interior dolía, ardía, estremeciéndose por la cantidad de dolor estancado en su alma, increíblemente podía percibirlo en cada centímetro de su piel, como si fuese real, como si físicamente el dolor existiera en alguna herida profunda y palpable.

Ignoró todo, su rostro inexpresivo se mantuvo como si no conectara con sus emociones. Se apresuró a tomar algunos papeles, la reunión con Tae, el cantante que quería para subir los números, estaba a nada de empezar, así que apuró sus acciones.

Tomó un taxi, quizá llegaría faltando solo cinco minutos, pero le bastaba, todo era mejor que llegar tarde.

El tiempo le fue irrelevante, porque se encontraba ajeno a la realidad, pero se obligó a mantenerse en ella al llegar a su destino. Miró con desdén el gran edificio, hastiado de la gente.

—¿Señor Kim?, lo imaginaba viejo y menos apuesto —dijo al ver llegar a su última propuesta del día, Tae o mejor conocido como: "V", un nuevo talento por el cual ya varios de la competencia habían hecho ofertas.

La musa secreta [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora