En un pequeño bar clandestino se estacionó un carro lujoso que dudó en parar, pero así lo indicó la joven que iba en él.
—Señorita, este es un lugar peligroso. ¿Segura que aquí la citó el joven Wong? —Asintió, observando la lámpara que trataba de alumbrar con un foco sucio que no le permitía dar luz en totalidad.
Bajó con un porte seguro, sin dejar ver el miedo que le ocasionaba el entorno, más el no poder identificar el establecimiento, solo miraba puertas cerradas. Se sintió a salvo cuando visualizó a su acompañante salir de su carro. Le hizo una seña a su chofer para que siguiera su camino y éste solo le mostró un rostro preocupado, pero obediente.
—Bonita noche —saludó amablemente el joven, sonriendo galante como era costumbre para alguien que ligaba por deporte.
—¿Por qué elegiste éste lugar?, parece sitio de reuniones de la mafia o asesinos.
—Una vez que pruebes las bebidas, hasta las ratas parecerán pastores belgas —sonrió y guiándola con la mano en su espalda, se acercaron a una puerta negra con un timbre, lo accionó sin aviso, sin explicación.
—¿Hay ratas? —preguntó con asco.
—Solo cuida tu cartera y tus botanas, uno nunca sabe cuál rata se va a encontrar, si las que hablan o muerden. —Escuchó como unos cerrojos eran abiertos. — Aunque a veces las que hablan, también muerden.
Se notaba que no le interesaba tranquilizar a su invitada que ya había ocultado en el entallado vestido, lo que pudo de sus pertenencias.
—Adelante Wong. ¿Nueva chica?
—Rex, eso no se pregunta en frente de la chica. Tienes suerte de que sea una amiga, pero a la próxima, si me arruinas una noche, tendrás que acompañarme al cuarto tú. —Guiñó el ojo y río por el escalofrío que provocó en el fortachón.
Caminaron hasta la barra, la música cesaba por breves minutos para dar oportunidad a las parejas o amistades de entablar conversaciones. Pidieron bebidas para empezar a desaparecer la incomodidad de estar ahí, sin lo único que los conectaba: Kim Seok Jin.
—¿Has hablado con Seok Jin? —se animó a romper el hielo con el tema en común que tenían. Era raro hablar de él, después de que la idea de olvidarlo la acompañara desde hace tiempo.
—Sí, el hombre cada vez está más guapo, lo hubieses visto en el baile de parejas, llevó a una chi... —se reprendió mentalmente por la imprudencia, recordó lo que le había comentado Jin sobre Haneul y él. Tomó un sorbo de su bebida.
—¿Llevó a una chica? —Alzó la ceja de manera incrédula. — ¿podrías describirla? —Escuchó atentamente la descripción y sonrió, adivinando la verdadera situación.
«Eres muy ocurrente Jin».
El notar que la joven no estaba incómoda por hablar de aquel que aparentemente le rompió el corazón, lo animó a seguir el tema. Cada uno contó anécdotas que en su infancia pasaron cerca de Seok Jin.
—¿Estás diciéndome que él fue causante de que dudaras de tu sexualidad? —rió ya con algunas copas encima.
—Tenía catorce cuando lo volví a ver, la edad de la búsqueda interior. Apareció con su imagen de chico indiferente y maduro, ¿qué esperabas?
—Heterosexualidad.
—Hey, soy heterosexual, créeme. —Le dio un gran trago a su octava bebida. —Traté de experimentar con hombres, pero me di cuenta que no me interesaba meterla, ni sentirla —rieron no solo por estar mareados, sino porque la conversación se estaba tornando extraña. — Tiempo después cuando lo volví a ver, se me seguía haciendo guapo, pero ya no había dudas, las chicas me volvían loco. Aunque no te voy a mentir, sus labios siguen pareciéndome un reto.
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La musa secreta [NamJin]
FanfictionKim Seok Jin, hijo de un militar homófobico del cual sólo recibió golpizas por sus rasgos finos, su amor por el rosa y ademanes femeninos, tiene que hacerse cargo de una disquera que su familia maneja, mientras su padre vuelve al campo de batalla p...