Primera semana

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Durante la semana, cada uno de los ejercicios fue más difícil, pero lograron su objetivo: que la confianza del grupo aumentara, incluso la de Min Yoon Gi.

El hotel tenía estipulado que eran seis días de actividades y uno de relajación, por lo cual podrían tomarse un merecido descanso. Aunque no era un lugar que invitara a ello, no tenía piscina, ni spa, no había masajes o clubs deportivos, ni talleres artísticos, sólo había un lugar de meditación, pero nadie a excepción de Haneul, tenía la paciencia para ello.

—¡CHICOS!, ¡CHICOS!, ¡CHICOS! —Llegó corriendo a donde se habían reunido todos a descansar. — Por favor, ayúdenme —susurró.

—¿Qué pasa? —preguntó Jin con preocupación por el semblante que traía Wong.

—Haneul me quiere llevar a meditar, yo no quiero meditar. ¡Tienen que salvarme!, me lo deben.

Todos se miraron entre si e incrédulos preguntaron al unísono:

—¿Por qué?

—¿Alguno de ustedes hubiese querido ser pareja de Min Yoon Gi en las actividades? —Se cruzó de brazos, moviendo su pie derecho hacia arriba y hacia abajo, desesperado.

—¡PAR FAVAR!, cualquiera de los de aquí, hubiese querido ser mi compañero. ¿Verdad chicos? —Los miró, no recibió una respuesta, todos mantuvieron su vista en direcciones diversas, evitando ver a Suga. — ¿Jimin?

—¿Después de hacerme dormir en la regadera durante una semana?, créeme que hasta las ganas de llegar a segunda base, se me quitaron.

—Se cancela todo Nam. —Se alzó de hombros, mirando a su novio con resignación.

—¿¡Qué!?, no te creas, aún quiero.

—¡Ja!, ves... eres un mentiroso. —Se cruzó de brazos y le dio la espalda, indignado.

—¡CHICOS! —Wong llamó su atención para que se enfocaran en él, pero Haneul los interrumpió.

—¿Alguien más quiere ir a meditar? —Negaron y observaron al chico que suplicaba por encima del hombro de la joven.

—Wong, prometiste enseñarme a... ¿ligar? —dijo Kooki con vergüenza, porque lo único que se le vino a la mente que podría enseñarle ese chico, era a ser un mujeriego. Todos se mordieron la lengua para no ceder ante la risa por su inocencia.

—¡Rayos!, lo había olvidado, pero una promesa, es una promesa —su falsa tristeza se notaba, sin embargo Haneul pareció querer divertirse un rato.

—Todos te prometieron eso, ¿verdad Kook? —Agarró al pequeño en sus cinco minutos de distracción y asintió.

—¡NOOOOO!, ¿por qué Kooki?

—¿Algún problema Yoon Gi?

—El mocoso nos metió a todos en esto —susurró Tae, sabiendo el porqué de la reacción del pálido chico.

—Es que se supone que era un secreto —salvó la situación Jimin, al menos eso creyó.

—Vamos, yo quiero ver esos intentos, por aquí hay un bar que por algunos billetes dejarán pasar a Jung Kook —rió por la cara de todos hacia el menor, después observó a su novio que parecía estar orgulloso de ella.

Todos se subieron a una camioneta familiar que rentaron, esperaron a Haneul que estaba firmando los papeles y dejando el depósito.

—¿Alguno de ustedes sabe ligar?, a parte de Wong —añadió Jin antes de que abriera la boca el nombrado.

—¿Acaso no te has dado cuenta que te estoy lanzando el calzón todo el tiempo? —interrogó Tae Hyung con obviedad.

—¡Chicas, Tae!, hablo de chicas.

La musa secreta [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora