La musa secreta [NamJin]

Cosas hermosas

Se miraron frente a frente y Seok Jin solo podía pensar en la gran amistad de ese hombre con su padre y palideció.

Nam Joon un poco más tranquilo le dio unas palmadas a Jin sin que se diera cuenta y se dedicó a observar lo que había frente a él. Venía con un chico de aproximadamente la edad de Kim Seok Jin el cual se parecía bastante físicamente, se miraba asustadizo y con la mirada perdida, salieron de un hotel.

—Seok Jin —dijo melodioso y despidiendo a su acompañante que sin dudarlo se fue—, que gusto verte. —Se acercó para abrazarlo, parecía no haberse dado cuenta del agarre de manos entre los dos jóvenes. Nam no pudo impedir que lo abrazara, hubiese sido muy extraño.

Jin solo dejó que lo hiciera, no movió un solo músculo. Las manos de ese hombre se posaron en su espalda baja y eso molestó a Nam Joon más de lo que podía ocultar, pero como no le prestaba atención a él, pasó desapercibido. Se metió entre los dos para separarlos, excusándose rápidamente.

—Lo lamento entrenador, pero ansiaba mucho saludarle. —Estrechó su mano con firmeza y una fuerza acompañada de furia. — He estado siguiendo sus rutinas desde que lo conocí en la empresa. Son buenas. —Lo miró con una sonrisa forzada que el entrenador no terminó de creer.

—No quiero hablar de trabajo en estos momentos. —Se apartó para dirigirse de nuevo a Seok Jin. —Kim Seok Jin, puedo oler el licor en tu organismo, no debo dejar que te vayas así a tu casa, ven, voy a rentar una habitación para que descanses y cuando se te baje te llevo a casa —dijo con una amplia sonrisa que trasmitió escalofríos en Nam y Jin, este último observaba con desconcierto su entorno, sin emitir algún sonido.

—Vaya, usted si que tiene un gran cariño por el hijo de su amigo, creo que cuando llegue el padre de Jin podré contarle lo mucho que lo estima. —Llamó la atención de ambos y la enorme sonrisa del entrenador se tornó nerviosa, inventando cualquier excusa se despidió.

Kim Nam Joon giró para ver a Kim Seok Jin quien lo fulminaba.

—¿Así que quieres hablar con mi padre?, ¿qué le quieres contar?, ¿que accedí a besos y caricias de un hombre? —susurró molesto y decepcionado.

—Yo no hablaba en serio Jin. —Trató de acercarse y parar su temblor. — Solo quería asustarlo, no hallé otra forma para que no sospechara.

El chico temeroso se apartó sentándose en la banqueta, moviéndose como un columpio de atrás al frente.

—Yo soy heterosexual, heterosexual, me gustan todos los colores menos el rosa, no soy lindo, ni tierno, ni bonito —susurraba sin ver algo específicamente.

—¿De qué habla Seok Jin?, usted es lindo y muy tierno —comentó arrodillándose, envolviendo el rostro empapado del joven.

—Shhh, te va a escuchar. No, no, no esto está mal, no es correcto, no es natural. Esto es decepción para él.

Podía intuir a quien se refería cada una de sus palabras, pero su corazón dolió y optó por sentarse a su lado. Hablar de lo que sea.

—Creo que esos ostiones me hicieron daño —hizo un sonido de flatulencia con la boca y su mano—. Perdón.

Jin sonrió un poco más repuesto.

—¿Quieres entrar? —preguntó ausente.

Tomó por sorpresa a Nam Joon, titubeó, pero al observar los ojos vacíos de Kim Seok Jin dejó de dudar.

—No. Creo que debemos dejar de engañarnos y disfrutar de lo hermosas que son las chicas, ¿habrá algún prostíbulo por aquí? —dijo fingiendo seriedad.