Caer en tentación

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A las ocho treinta de la mañana Kim Seok Jin y su madre, llegaron a la disquera.

Habían arreglado la puerta de su oficina, e incluso remodelaron un poco el interior con papel tapiz y alfombras, algo que pudiese quitarse fácilmente para cuando su padre estuviese de vuelta.

Era un poco más al gusto de Seok Jin, idea de su madre, una sorpresa que él no sabía.

Caminó por el pasillo con total tranquilidad, fue demasiado lento, pero él disfrutaba las mañanas, era una de las horas más tranquilas que tenía antes de ver a todos aquellos barberos que querían su atención.

Se acercó al escritorio de Saho sin hacer ruido, la miró recargada en su bolso.

Su madre le indicó que la despertara con cuidado, pero ni lo pensó, solo caminó directo a la puerta.

La sorpresa le agradó, la vibra que trasmitía ese gran cuarto, había cambiado, también cambiaron la silla y el escritorio a unos más cómodos, pequeños y prácticos lo que le parecía perfecto a Jin.

-Gracias por esto. -Le dedicó una linda sonrisa y se dejó hipnotizar por los colores pastel que miraba a su alrededor, de todos, menos rosa.

Acomodó sus materiales de trabajo, tomó asiento y se puso los auriculares para escuchar el nuevo tema de Park Jimin. Tenía que aceptar o rechazar la propuesta, para que pudiesen hacer las correcciones pertinentes o si era necesario iniciar de nuevo.

Todo el día se la pasó escuchando el mismo tema, analizándolo una y otra vez, le estresaba no tener muchas críticas constructivas que dar, sentía que quizá no estaba hecho para ese trabajo, para él la canción era casi perfecta.

Dejó que el silencio reinara por fin y decidió descansar de todo un poco. Salió de la oficina, caminó por la disquera, el primer lugar que visitó fue la cocina, pero salió de inmediato.

-¿Estará buscando a alguien? -preguntó su madre de manera risueña.

-Iré a comprar algo fuera de la disquera, ¿gustan que les traiga alguna cosa? -comentó desde lejos, a punto de subir al ascensor.

-¿Qué irás a comprar allá a fuera, que no haya en la cocina de aquí?, Seok Jin -interrogó su secretaria en un tono estricto para bromear frente a su amiga.

Hizo como que no la escuchó y con la mano un ademán de despedida para ambas.

En el recorrido visitó cada uno de los pisos, sus oficinas, cabinas, baños, cuartos de limpieza y a su paso dejaba algunas miradas asustadas por ver a quien se hacía cargo de todo, pasar, esperando que llamara a alguien, pero no, Jin solo caminó, observó y siguió piso tras piso.

Una mirada curiosa y distraída se formó al terminar de recorrer todo, estaba listo para salir a tomar aire.

Abrió la puerta y observó el entorno, un Kim Nam Joon sentado en las escaleras con papel, lápiz y un sándwich llamó su atención. Eran las tres de la tarde, «Con que ahí está el fastidioso», pensó sin darse cuenta que lo estuvo buscando desde que salió de la oficina. Una de sus comisuras se elevó, formando una especie de sonrisa que se obligó a desaparecer.

La dualidad en él dio inicio, sentía incomodidad de verlo, pero también una parte en su interior se tranquilizó, aunque eso último lo ignoró.

Bajó las escaleras sin lograr una sola mirada, estando en el penúltimo escalón dio unos zapateos que lograron capturar la atención de Nam.

Ambos sonrieron, pero también desviaron sus miradas sin comprender sus emociones al verse. Se quedaron en silencio y Jin solo pensó que lo mejor era actuar de la misma manera de siempre, eso ayudaría a que las cosas fuesen más fáciles. Él no tenía la necesidad de entender una equivocación, al menos eso creía.

La musa secreta [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora