El hospital con luz tenue y ruido casi nulo, causaba ansiedad en los presentes, familiares buscaban con la mirada al personal que pudiese brindarles alguna noticia de preferencia, favorable.
Tae mordió lo que quedaba de sus uñas, mirando a todas partes sin ser consciente de lo que pasaba por sus ojos. Escuchó unos pasos acercarse y guardó sus manos entre las piernas, era la señora Kim con un semblante lleno de cansancio y una fugaz sonrisa que otorgó a los amigos de su hijo.
Se situó frente al cuarto de Jin y lo observó desde fuera en silencio, las persianas estaban abiertas a petición de ella, quería poder mirarle todo el tiempo, aunque no le permitieran entrar. Su cabeza daba vueltas y vueltas, los flashback inundaban la mayoría de sus memorias, sintió un dolor recorrerle el cuerpo, apretó los puños que tenía recargados en el vidrio, lágrima tras lágrima se posaron en sus mejillas, nublando su vista. El llanto más silencioso que no era escuchado pese a no haber ruido.
—Señora Kim —una voz masculina le llamó, volteó sin ánimo—. ¿Puedo hablar con usted? —Era el médico.
—Por favor, llámeme Lisa.
—Su hijo...
—¿Son buenas noticias? —lo interrumpió. Si eran buenas o malas daba igual, aún así tendría que escuchar, pero postergar lo malo era más un reflejo, un tipo de mecanismo de defensa que la había consumido desde hace semanas, aún antes que fuese consciente de todo lo que tendría que pasar.
—No puedo dar una respuesta tan simple, solo puedo darle la información y qué usted la interprete de la manera que pueda.
Los jóvenes aislados de la situación, tenían sus miradas puestas en ellos, prefirieron mantener distancia, hacer sus preocupaciones a un lado para evitar ser impertinentes, incluso el más impulsivo de ellos, ató su emoción por tener noticias del chico aún dormido.
—Entiendo, lo escucho —una voz temblorosa apareció en ella e ignoró el contacto visual, solo para seguir observando a su hijo que descansaba en algún lugar desconocido, aún en vida, pero en pausa.
—Kim Seok Jin está en buen estado de salud, al menos el veneno ha dejado su organismo, sin embargo, tiene que despertar para saber que daño causó en él —mantuvo un silencio y esperó que la mirada de la señora pasara por su persona, no lo hizo—. Esto no significa que despierte.
—Entiendo —se limitó a decir eso otra vez. Abrió sus manos, recargando sus palmas en la ventana. «si no quieres volver mi pequeño Jinie, lo entenderé».
El médico siguió su camino hacia otra familia.
Suga le indicó a V con la mirada que se acercarían, pero éste negó con tranquilidad.
—Señora...
—Buenas noticias chicos —rió falsamente, una interrupción más para no escuchar el apellido de casada, le daba asco—, ya no hay rastro del veneno en Jin. —Los jóvenes se alegraron y Taehyung sintió alivio con ver los semblantes de sus amigos, no necesitaba más que eso, para un poco de esperanza. Agarró su celular, pensó en avisarle a Nam Joon, aunque esa idea se esfumó con prisa, recordando las razones desconocidas que hacían que aquel individuo no estuviese ahí.
—¿Jin va a despertar? —interrogó con entusiasmo Jimin, pero Yoon Gi le apretó el brazo, para que no pidiera más por el momento. Se alejaron despidiéndose amablemente de Lisa, dejando que volviera su vista a lo que le importaba cuidar.
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La musa secreta [NamJin]
Fiksi PenggemarKim Seok Jin, hijo de un militar homófobico del cual sólo recibió golpizas por sus rasgos finos, su amor por el rosa y ademanes femeninos, tiene que hacerse cargo de una disquera que su familia maneja, mientras su padre vuelve al campo de batalla p...