Esperó fuera del baño al chico que se estaba sometiendo por segunda vez a una de sus lecciones que para él solían ser muy divertidas.
—¡Esto debe ser una broma! —Golpeó el piso con su pie derecho y puso sus manos en la cadera.
—Creí que con el domingo pasado, había aprendido a no decir eso. —Se levantó entre risas para inspeccionar a V.
—Pero, ¿por qué solo yo?, ¿por qué usted no? —Alzó la ceja con la misma pose de un inicio, demostrando su inconformidad.
—Porque yo no fui el que se peleó con un hombre vestido de pollo, tampoco le tiré una figura de madera en la cara a un niño, mucho menos quise patear a niños para defender un pastel —pausó—. Además el que está aprendiendo es usted, no yo.
No muy conforme con la respuesta se miró en el espejo y su rostro se tornó rojo al notar la mirada de Kim Seok Jin sobre él, con una leve sonrisa enternecedora.
—Mi vergüenza sería menor, si por lo menos estos trajes fuesen completos, pero tienen un hoyo que deja ver mi cara.
—Tiene una linda cara Tae —rió para aligerar el semblante de su discípulo, pero solo logró que el color aumentara. Era la primera vez que lo miraba rojo por la vergüenza, en su primera lección pudo disimularla, pero al parecer su cuerpo no cedió.
—¿Quién se supone que soy?
—¿No conoces a Barney? —Fingió decepción, pero lo llevó al patio, casi arrastrando.
—¿Qué se supone que debo aprender? —Se posicionó frente a su jefe y agradeció que por lo menos con ese traje sí pudo cruzar los brazos, aunque sea un poco más. — ¿Más humildad? —Negó moviendo la cabeza, estaba tentado a no decirle, pero quería que aprovechara todo lo que pudiera ese día.
—Hoy aprenderá algunas cosas sobre negocios. —Lucía un semblante limpio, lleno de paz, pero sobretodo de burla.
—¿Negocios?, ¿específicamente qué?
—Hasta aquí mi reporte... —rió, recargándose en la barda de ladrillo que estaba en el patio. — Ve a jugar.
—¿¡Qué!?, ¿con quién se supone que voy a jugar?, ¿qué edad cree que tengo? —Puso nuevamente sus manos en la cadera y frunció el entrecejo.
—Es que aún falta para la hora del pastel y ahí es donde su clase dará inicio. ¿Qué se supone que hará? —cuestionó aún con la sonrisa en su rostro, lo estaba disfrutando demasiado.
V se acercó al pastel por seguir a Kim Seok Jin quién llevó una silla, quería sentarse cerca para que no ocurriera ningún inconveniente que obstaculizara la lección.
—Hacer lo que usted haga.
—Haré cosas de adulto. —Se sentó y cruzó la pierna, recargando su espalda completamente y apoyando su codo en los soportes de la silla, posó sobre su mano la barbilla, dedicando una mirada amable a Tae.
—¡YO SOY UN ADULTO!
—Tae, leeré expedientes. ¿Quiere leer alguno? —Levantó la ceja con una mirada perspicaz.
—Quizá sí quiero leer expedientes.
—Tome. —Le extendió uno al joven con manos de dinosaurio.
Se sentaron lado a lado y Tae Hyung imitó la postura del chico que se mantuvo concentrado, ignorando su alrededor, quiso entablar una conversación, pero Seok Jin lo miró con reproche y mejor desistió.
—Que juegue con esos mocosos, no quiere decir que no soy un adulto. ¿Bien? —Se fue corriendo, dejando con una sonrisa a su jefe.
Jin entendía que en algún punto debería agarrar el hábito de la lectura, pero eso le tenía despreocupado, porque miró capacidad de concentrarse cuando las cosas eran importantes para él, por ejemplo: cuando le ayudó a adelantar el trabajo, mientras estaba dormido. El muchacho era hábil, aunque muy flojo y distraído, funcionaba mejor en un ambiente silencioso a diferencia de Seok Jin que donde sea lograba mantenerse centrado.

ESTÁS LEYENDO
La musa secreta [NamJin]
ФанфикKim Seok Jin, hijo de un militar homófobico del cual sólo recibió golpizas por sus rasgos finos, su amor por el rosa y ademanes femeninos, tiene que hacerse cargo de una disquera que su familia maneja, mientras su padre vuelve al campo de batalla p...