Entre dioses

Capítulo 3

Me estoy terminando de arreglar. Las sirvientas ya se han llevado mi equipaje y todos me esperan abajo para despedirse. Mi padre será el único que me acompañe hasta el aeropuerto. Aún se me hace muy difícil creer que a partir de unas horas dejaré Egipto.

- ¡Dime que es una broma!-

Adia entra en mi cuarto con lágrimas en los ojos.

- ¿Cómo que te vas a ir porque estás comprometida?- pregunta.- ¡¿Por qué nunca me lo habías contado?!-

- Yo... siempre creí que ese compromiso era algo que mis padres habían hecho como una broma, jamás pensé que de verdad me fueran a casar con el primogénito de los Olímpicos.-

- ¡No me jodas!- grita.- ¡¿Con el hermano mayor del subnormal de Hermes?!-

- Sí... con él.-

- ¿Y qué pasa con nosotras?- solloza.- No quiero perder a mi mejor amiga...-

Rápidamente voy hacia ella y le doy un abrazo.

- Ey, todo estará bien.- susurro.- Estoy segura de que encontraremos la forma de pasar tiempo juntas.- aseguro.- Podrás pasar las vacaciones allí conmigo, siempre me dijiste que querías conocer las islas griegas, ¿recuerdas?-

- Prefiero no conocerlas si eso implica que mi mejor amiga me deja aquí tirada.-

- No te estoy dejando tirada Adia... no tengo otra opción.-

- ¡Bueno pues no esperes que me lo tome bien!- exclama separándose.- ¡Porque tú te marchas a tu nueva vida y soy yo la que se queda aquí sola!-

- Adia, por favor no quiero que nos enfademos...-

- Pues ya es muy tarde.-

Se marcha de la habitación dejándome sola.

«Genial, en unas horas mi vida se ha convertido en una auténtica pesadilla...»

Agarro mi bolso y doy una último vistazo a mi habitación. Sin más, salgo y me dirijo hasta el recibidor, donde me esperan mis padres, mis padrinos,Malek y Emma. Rachel y Rayan vienen hasta mí y me dan un abrazo.

- No te preocupes por Adia, ya se le pasará, estoy segura.- susurra la ojiverde.

- Eso espero...-

A continuación mi hermano y su esposa me dan otro abrazo.

- Antes de que te des cuenta estaremos visitandote, te lo prometo hermanita.-

Le sonrío debilmente y me acerco a mi madre.

- Mi princesita.- dice acariciándome el cabello.- Te quiero mucho cariño, sé educada y si en algún momento te sientes incómoda no dudes en llamarnos, ¿vale?-

- Estaré bien mamá.- respondo.- Os haré sentir orgullosos.-

- Ya lo estamos tesoro.-

La abrazo y mi padre me sujeta la mano para que vayamos hacia el coche. Cuando salimos fuera, una sirvienta me acerca a Destino, al menos él si podrá venir conmigo y hacerme compañía. Nos dirigimos hasta el ferrari mientras que los guardias se meten en dos 4x4.

El camino al aeropuerto es algo silencioso. Supongo que ni mi padre ni yo sabemos muy bien qué decir. Sé que él tomó esta decisión pensando en mi bienestar y en el de nuestra familia, por lo que no quiero hacer un berrinche que le disguste. Supongo que no pasa nada porque le de una oportunidad al tal Ares Sideris. Además, en la carta parecía amable...

- Ya hemos llegado Bella.-

- ¡¿Ya?!-

Me sobresalto al ver que, efectivamente, estamos delante de un jet privado que tiene el sello de los Olímpicos.