Isabella
Ha pasado un mes entero desde que Ares y yo nos fuimos de luna de miel. Ha sido un mes completamente intenso y no solo porque hayamos follado de todas las formas y posiciones posibles, sino porque he aprendido muchas cosas sobre los negocios de la mafia.
El pelinegro cree que ya estoy lista para empezar a trabajar junto a él y que poco a poco, iré ganando más experiencia dentro del negocio. Lo cierto es que estoy ansiosa por comenzar, por demostrar a todos que soy una digna esposa para el diablo.
Llegamos a la mansión y atravesamos los jardines, los dos cogidos de la mano. En todo ese tiempo el dios sigue sin ser nada romántico, nunca he escuchado un te amo, ni siquiera un te quiero de su parte. Pero sé que soy especial para él, de alguna manera.
Cuando entramos en la casa, me llevo una enorme sorpresa al ver a mi padre, a Rayan y a Adia en el recibidor, junto con Zeus y Hera. Todos tienen una expresión un tanto confusa, como si alguien se hubiera muerto, excepto Apolo, que se encuentra un tanto más alejado y con una mueca divertida.
«¡¿Qué demonios está pasando?!»
- Papá...- digo captando la atención de todos.- ¿Qué estáis haciendo aquí?-
- Hola cielo...- sonríe débilmente.- ¿Qué tal la luna de miel?-
- Bien pero...-
De pronto, entra Hermes en escena acompañado por una criada y, antes de que le de tiempo a reaccionar, Rayan le pega un puñetazo en la cara que le hace caer al suelo.
Ares me suelta y se va directo hacia mi padrino dispuesto a golpearlo, pero Zeus le llama.
- ¡No te metas Ares!- indica.
- Pero padre...-
- Tu hermano se lo merecía, deja que resuelva sus problemas solo.-
«¿Qué diablos?»
Ares vuelve junto a mí algo extrañado. Hermes se intenta levantar del suelo y se limpia la sangre que empieza a brotar de su labio. Miro a Rayan y temo que le vaya a golpear de nuevo.
- Rayan... no olvides que la fuerza no va a resolver esto.- espeta mi padre.
- ¡¿Qué cojones está pasando?!- escupe Hermes.
- ¡¿Quieres saber lo que pasa maldito mocoso?!- exclama Rayan.- ¡Que has embarazado a mi hija!-
Mis ojos se abren con sorpresa.
«Ay no... lo que faltaba...»
Mi amiga tiene la mirada fija en el suelo, supongo que se encuentra muerta de la vergüenza por la situación.
- ¿Enserio hermanito?- ríe Apolo.- Tienes que acostumbrarte a usar el gorrito, ya sabes... sin protección no hay diversión y esas cosas.-
- ¡Cállate Apolo!- ordena Zeus.
- ¡¿Y bien, no piensas decir nada?!- grita Rayan.-¡¿Muy hombrecito para embarazar a mi hija pero ahora no tienes los cojones de hablar!-
- ¡Deje de hablar como si su hija fuera una virgencita porque bien que me pedía más!-
- ¡Eres un gilipollas!- exclama Adia.- ¡Tienes que solucionar esto!-
- ¡Yo ya lo solucioné dándote las pastillas del día después!- responde el castaño.- ¡¿Quién me dice que es mío?!-
Al instante, el propio Zeus golpea a Hermes.
- ¡Eres una vergüenza Hermes!- sentencia.- ¡¿Cómo se te puede pasar por la cabeza decir semejante estupidez?!-
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Entre dioses
ActionIsabella Al-Asad cumple los 20 años sabiendo que su vida cambiará por completo, pues sus padres acordaron que a esa edad se casaría con el primogénito de los Olímpicos, Ares Sideris. Todo se pondrá patas arriba cuando la inocente chica tenga que co...